DIARIO DE UN POETA PRECARIO
ESTRECHANDO
MEMORIA
Este lunes de agosto a punto de
arder el mar como ardió París un día caluroso casi infernal,tumbado en un
camastro como lo hacía mi madre sintiendo el frío de las losas de piedra del portal de mi casa, en la zona que dedicábamos
al garaje ( cuando el culto al coche era la única religión que teníamos los “
parias” que salimos del franquismo, para entrar en la catedral corrupta de la
Democracia) en aquel suelo que ocupaba mi seat 127 hice un estudio cuando mi
familia aumentaba y los niñ@s ya estaban hartos de dormir en el sofá o en las
literas que siempre me acompañaron en mi vida, las literas del internado (seis
año) las de la mili y las de mi casa mi
vida está presente en las alturas donde nunca concilie el sueño, solo las
pesadillas me decían en cada momento quien era yo.
Yo el hijo del mulero y a la vez también
el nieto de una familia de la (cascara amarga) que de esa manera los bautizo el
franquismo y sus hienas fieles, a los roj@s que sobrevivieron al genocidio
Franquistas.
Esta pequeña estancia que ahora me
acoge en este camastro de siglos que nos devuelve la vida a los pobres aquí descaso
fresquito con mi espalda en el suelo y un viejo ventilador de tres aspas, este
paisaje estrecha mi memoria, esta casa modesta que hace 40 años la hice con mis
manos pues yo solo tenía eso mis manos, este lugar cerca del mar que se me cae
a trozos y que el Gloria me inundo este invierno,
esta estancia fabricada con porlant
pobre y muchas ilusiones me llevan a los sueños de ayer, a mi llanto y
mis risas que flotan en el mar, esta estancia siempre está en el punto cero del
naufragio, se hunde en invierno pero en verano nunca me falta el olor a Jazmín
del Sur, ni la brisa marina que me hizo ser marinero en tierra, sueños que yo
solo comprendo y que habitan en la orilla de la memoria secretos de la vida que
nunca se terminan, hoy se marchita un amor y nos deja mudos pero mañana crecerán
nuevas flores seguro.
Siempre hay naufragios y
tempestades pero luego nace la aurora y los San Pedros verdes me abrazan, y
vuelven los sueños que nadie entiende y que solo yo construyó como hice hace
muchos años esta pequeña estancia que ahora me acoge.
Anoche como hace ya unas noches
un tierno corazón que duerme en la casa de al lado me despertó, es un niño fantástico
que sueña en voz alta su madre hace unos días me dijo preocupada que su niño
gritaba en sueños que a veces reía pero que a menudo gritaba y otras las mayoría
de veces lloraba desconsolado, la madre preocupada por mí y por el niño, por mí
por si me asustaba, y por el niño que ella no podía verlo llorar en sueños,-yo
la tranquilice y le dije que no se asustara que esa pesadillas infantiles las
tenemos muchas personas y en especial los niños quien no tuvo alguna vez una
pesadilla, que te caías al vacío o que el mar te tragaba, quien no vio roto su corazón
en la infancia o en la adolescencia por sueños o pesadillas, los sueños se pierden
como ahora se pierde la brisa de la tarde en el mar.
Yo también de niño lloraba, y
este atardecer en la orilla de la memoria recuerdo una pesadilla la más
terrible que me acompaño durante años, fue en el internado en el Sur yo gritaba
amargamente desde lo alto de la litera, y llamaba a mi madre amargamente.-¿ Si
se rieron de mí?, mis compañeros se rieron de mis miedos de mis palabras ” mama
no me dejes aquí llévame contigo a mí casa con mi hermano” eran pesadillas
infantiles pesadillas del desarraigo y el dolor que siempre nos acompaña. Acabo
de ver al niño que anoche gritaba en sueños, me ha mirado y le he dado un beso porque
se lo que el sufre, lo que sufre su
madre, es lo mismo que sufrí yo, pesadillas que tantos padecemos, sueños que nos horrorizan y que nos acompañan
de por vida, que nunca contamos por miedo a que se rían los compañeros, pero no
hay más remedio que seguir porque seguir se vivir, pensar hablar llorar reír
como dice la canción eso es vivir.
Peñiscola 3 de agosto 2020
No hay comentarios:
Publicar un comentario