lunes, 19 de junio de 2023

 Diario de un cuidador inexperto

Ayer este aprendí de cuidador recibió la primera clase, dé este segundo año que inicio, a pesar de la lucha con mi padre, por no querer contratar a una persona con capacidad a una profesional del cuidado, en este país y lo vivo en mi casa nadie está dispuesto a pagar el trabajo bien hecho, el altruismo la caridad, es lo que se ha implantado por desgracia en todos los ámbitos de la vida en este país empobrecido por unos políticos chorizos, con una avaricia sin limites, mí padre se queja con razón que por que no le llegan las ayudas que el ve en la televisión, que los políticos hablan y hablan, pero que su pensión no le llega y los ahorros de toda la vida van mermando.
Lo sufren las profesionales de la geriatría que gracias a su vocación y a su cariño por los enfermos trabajan por un salario mínimo que seguro también necesita, pará poder llevar adelante su casa, yo escucho con atención las instrucciones que me manda, la cuidadora profesional que limpia, cura las heridas asea al paciente, me indica algunos movimientos que hago mal, me rectifica con una vehemencia espartana, y me dice ten cuidado, o te resentirás de la espalda, tendrás dolor cervical y entonces no podrás ayudar, tendremos dos enfermos me dice.
Esto es una cadena, un país que no quiere pagar profesionales, no es un país, es un gran lugar para la chapuza para los bricomaniacos, y en la sanidad y la geriatría, la chapuza es una locura por que el trato es con personas y con las personas, no se juegan, a estas horas de la madrugada, en mi cama plegable, con un dolor de espalda terrible y un calor infernal, miro hacia atrás en los años y veo que tenemos muy buenos profesionales, y este país sigue siendo, el país de la chapuza.
Ahora oigo pasar los trenes de la noche las campanas de la madrugada, y pienso que este país perdió muchos trenes y lo convirtieron en lo que siempre fue un pueblo de campanas, dé sacristía y misa diaria que pena, los profesionales del saqueo ganaron, a un pueblo que lucho por ser digno.
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 No cabe duda esta es mi casa.

Hoy como todas las vísperas de San Juan, mi casa del mar se prepara para el verano oigo el mar lento de esta noche calurosa de junio, y pienso en la vida, en los años que se derramaron por el joven olivo, qué ya cumplió los 20 años para el los días son rutina pasan las estaciones, él largo silencio de invierno da paso poco a poco a las primeras voces de un verano que se llenará de niños, estos dos años tristes de pandemia, se han llevado a muchos de mis vecinos hoy preguntaba por algunos que me faltan, y hemos vuelto a llora hemos llorado mucho estos últimos tiempos demasiado tal vez.
Esta noche sentado en la puerta de mi casa tratando de buscar la escasa brisa qué llega de las delgadas olas de un mar que descansa solitario, hoy saqué mi silla para sentarme en la última soledad, y conversar con el olivo con las buganvillas, con las palmeras me faltan muchos seres queridos y nadie llegó para hablar del mundo, pará preguntarnos otra vez, la gran pregunta quién nos representa, y como siempre la misma respuesta nadie nos representa por qué nadie tuvo la ética y la vocación, ni siquiera nos miraron a los ojos, ahora pienso en que buzón tengo que dejar todas las desesperanzas de toda una vida de lucha de tantas derrotas.
Ahora hablo con los árboles son los únicos que no me fallaron, habló con el mar que nunca me faltó y dejó pasar las horas en una soledad de miel, mañana hay elecciones en mi tierra en el Sur de Federico García Lorca, en mi tierra que tanto lloró y pienso en los latifundios en los señoritos de "bandera" y le cuento a mí olivo lo que pasa en su tierra por qué el nació en mi Baeza le habló de como esta el panorama y hemos vuelto a llorar el olivo y este que ahora os escribe ojalá me equivoqué pero mañana va ser un día muy triste en el Sur. Miro mí olivo de la casa del mar y siento que mañana como tantos años nos volverá a doler nuestra tierra mi tierra Andalucía.
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Carmen Andrés Julián

martes, 13 de junio de 2023

 DIARIO DE UN POETA CONFINADO

CARTA DEL SUR.
Cuando yo era niño con poco me conformaba las pequeñas cosas nos agrandaban la vida uno de los milagros “corales” que teníamos era la llegada del cartero con su bicicleta negra y sus alforjas de piel que caían sobre las ruedas de atrás con aquellas hebillas metálicas que cerraban aquel “carterón” gastado donde el traía las cartas, aquel cartero con su gorra de plato gris con las letras en metálico por encima de la visera, desde entonces el cartero es mí aliado el que rompe la soledad de las mañanas.
Ahora viene con un carrito de la compra de un amarillo limón, mi cartero de ahora es un fantástico joven que ya arrastra secuelas en sus piernas de un accidente laboral de hace unos años (se cayó por unas escaleras subiendo una carta certificada de un cuarto aun tercero) en los días de lluvia sube con cuidado las escaleras con su rodilla maltrecha ¿ me ha contado mil veces su accidente laboral y yo lo escucho siempre como si fuera la primera vez que me relata su terrible accidente, es un chico de una ternura muy especial y desde que le di permiso para que tocara mi timbre, aunque no llevase carta para mi todos los días toca a mí puerta y yo espero su saludo, el día que me trae correspondencia charlamos un poco más suelo recibir libros y trabajos musicales que compro o que me regalan mis amigos los cantautores que yo tanto quiero y que comparto su cariño con mi joven cartero.
Volviendo a mi cartero de la infancia os decía que las lecturas de la correspondencia eran corales, porque en mí calle éramos una gran familia y las cartas se leían en voz alta menos la parte final que se reservaban a la privacidad de la persona que loas recibía, una de las alegrías mas hermosas que nos ocurrían y que nos agrandaban la vida era leer las cartas que recibían mi familia y los vecinos en invierno las leíamos junto a la chimenea, y en verano esperábamos a las primeras horas de la tarde con las sillas de nea en la calle en un gran corro, con los niños sentados en el suelo, y los mayores sentados en silencio, mi abuela enlutada, desde que fusilaron a su hermano juro no quitarse el negro de su vestuario y así fue hasta su muerte, ni en mi boda se quito el luto y eso que yo era su nieto “favorito” ella fue vestida de riguroso luto.
En mi calle era Francisco el panadero el que leía las cartas, él antes de leerlas con todos, las leía y las repasaba primero a solas y hacia un pequeño ensayo de una lectura interna.
A cada carta le daba una lectura diferente las cartas de los hijos que emigraron les daba un tono de nostalgia subrayando siempre con su voz los logro de la fabrica donde dejaban su viada, las cartas de los muchachos que estaban en la mili él ponía un tono casi castrense con su voz seca y rigurosa, las cartas familiares las leía apoyando su voz en los nombres propios era magnifico aquel recital que nos daba el panadero en cada carta muchos de los que estaban no sabían leer y sus ojos brillaba, saltaban las lagrimas que deja la distancia y las añoranzas, como recuerdo aquellos días de principio de verano escuchado la voz de francisco los niñ@s nos encantaban las cartas de amor que nos hacían muy grande nuestra infancia casi adolescencia.
Hoy he recibido carta del sur las cartas del Sur huelen de otra manera traen una carga
“viral” de cariño siempre me gustan como escriben mis paisanos andaluces, son cartas distintas que llegan del corazón, hoy me llega carta de un rebelde con causa de el poeta cantor Manuel Gerena, el cartero ya ha visto mis emociones y el que sabe que viene del sur pues a leído el nombre del remitente me mira y me dice otro libro de un poeta andaluz y yo le hablo de mi amigo GERENA y el cartero me escucha embobado con el tono de mi voz, y recuerdo al panadero cuando entonaba las palabras de aquellas carta.
Hoy que llevaba una mañana un poco triste bastante solo con una nostalgia que a veces me invade, me ha llevado a esta tarde alegre, leyendo la vida de alguien un compañero del “alma “que admiro el cantaor Manuel Gerena un lujo su ultimo trabajo que ahora mientras escribo escucho, y estoy con Miguel Hernández con sus nanas inmortales de las cebollas y escucho como arde la tierra por “SEGUIRIYA” y los fandangos en libertad agrandan la tarde los tarantos los Martinetes, las Bamberas son mi esperanza siempre la que no me pueden robar la que me contagia ahora el cante que ensancha mi vida.
Mañana le recitare al cartero un canto libre y la vida seguirá siendo buena la ternura de las pequeñas cosas siguen vivas.
Valencia junio de 2020.

 VENTO MAREIRO

(EL GALGO GALLEGO)

Llegue a Cambados caminando por el territorio de los recuerdos de la literatura, tras las huellas de Don Ramón de Valle Inclán, y bajo la “tutela” de Doña Emilia Pardo Bazán.
Hoy es martes el primer martes de junio y llueve intensamente, después de tomar un café en el restaurante DIVINAS PALABRAS construido en la casa donde vivió don Ramón, donde han construido un restaurante tan moderno que de el ilustre escritor solo queda el nombre, Divinas Palabras que pena yo esperaba una taberna gallega, y no este mamotreto moderno que en este entorno es un esperpento si Valle levantara la cabeza no sé lo que saldría por su boca o por su pluma en fin este lugar tiene una ventaja que su terraza acristalada deja ver la calle y sobre todo la hermosa plaza de FEFIÑÁNS que ahora se despereza bajo la lluvia, sus edificios ilustres parecen un galeón de granito batiéndose con el mar, por fin a cesado el vendaval primaveral y unos rayos de sol aterciopelan las piedras de este lugar mágico, hoy decidí antes de visitar el cementerio de la ciudad donde descansa los restos de la gran Josefina Blanco Tejerina la primera mujer de Ramón Valle Inclán, y digo lo de gran mujer porque Josefina Blanco lo era, mirar quien fue esta mujer otro día que “llueva” menos os hablare de ella en ese cementerio que visitare mañana está enterrado también Joaquín María Del Valle Inclán un bebe de cuatro meses hijo de don Ramón y Josefina que murió parece ser de gastroenteritis.
Esta mañana me siento divino, como escribía Don Ramón, ”todo el amor de la hora estaba en mi, él crepúsculo se me revelaba como el vinculo eucarístico que enlaza la noche con el día”.
Hoy me siento como el escritor, pleno con un sentimiento divino en mi cuerpo y así casi levitando cruzo la plaza para llegar al Pazo de Fefiñáns también llamado Palacio de Figueroa, un palacio etiquetado como barroco Gallego, pero que sin duda su construcción tiene influencia Renacentista esta plaza donde se sitúa el Pazo es de una belleza divina un lugar de leyenda donde las palabras son sanadoras, una plaza que invita al baile a la música, esta ciudad de piedra tiene una belleza natural que con el agua toma más vida, una ciudad para vestirla de palabras para cantar siempre, un lugar donde crecer como crecen las mareas al ritmo de las lunas y el sol.
Llegamos al portal del pazo y volvió la lluvia con su música de agua, una chica nos dijo que hoy no tendríamos visita guiada pues nadie llego aquel lugar del paraíso para visitarlo, pero ella se ofreció a iniciar la visita conmigo y fue un lujo, ella es hija de los actuales dueños que habitan parte del palacio, y nadie como ella conoce cada rincón de aquel lugar mágico comenzamos por las salas del palacio y vi que las estancias no visitables estaban habitadas, y conservadas de forma exquisita estando en la sala del café ella recibió una llamada que la altero, me dijo que me tenía que dejar que Vento se estaba portando mal, salió apresurada, me dijo que todo el palacio y las afueras del Pazo de Fefiñáns era para mí, camine lentamente por toda la casa mirando los objetos que me llevaban desde el siglo XV hasta hoy, descubrí que en aquel lugar tomaban muchas tardes café las escritoras Emilia Pardo Bazán y Concepción Arenas, Salí de la casa, y me encamine con ganas de disfrutar de la naturaleza, de aquella estancia mágica, después de cruzar un puente barroco salí al campo de labranza del Pazo, donde convivían un inmenso jardín con las parras sujetadas por unos pilares de piedra granítica, las uvas ya colgaban entre las pámpanas aterciopeladas que bajo el agua de la lluvia crepitaban como si quisieran hablar, entonces me acorde de mi padre y de aquello que me contaba, siempre que hablaba de agua, de aquel manantial del Sur andaluz donde el agua gallega llenaba los cantaros recuerdo que yo le decía que esa agua se filtraba en Santiago de Compostela y que aparecía en Baeza cerca de las tres fuentes salía el agua Gallega, la fuente que nunca se seco, entonces me acorde de Rafael que sufrió la guerra, y también posguerra que llenaba sus cantaros en esa fuente, y que por si fuera poco su dolor le puso de nombre a su galgo el Guerra, el galgo que le salvo del hambre, aquel animal tan noble que me miraba en mi infancia y que nunca me ladro, a mí que el miedo me atenazaba cada vez que veía un perro, un miedo que todavía conservo después de que con seis añitos me mordiera el Alican el perro de Diego el panadero que clavo sus garras en mi culo infantil.
Yo estaba ensimismado esta mañana en Galicia, me pasa a menudo con los recuerdos y de pronto me vi en medio del viñedo venia hacia mí un galgo inmenso una mujer gritaba corriendo tras el Vento, Vento, pero el galgo galopaba desenfrenadamente hacia mí, yo me quede como una estatua de piedra como un pilar granítico que sujeta las parras, me despedí del mundo, el miedo me atenazo vi los ojos del galgo y era el Guerra, yo estaba ya en otra vida o en otra muerte no lose, el galgo apoyo sus patas en mis hombros y me lamio mi cara mojada, oír otra vez la voz ahora dulce de la mujer que corría tras el galgo, VENTO deja a ese señor y Vento se bajo de mis hombros, volví a la vida, la señora me pidió mil disculpas y me llevo a su casa donde me limpio el barro que las garras de Vento Mareiro dejo en mi camisa blanca, ella me conto la vida de ese galgo, un cachorro inmenso recogido de una perrera de Vigo, yo le conté la vida del Guerra un galgo del sur que salvo del hambre a su dueño, le dije donde estaba la fuente del agua gallega en Andalucía, me despedí de ella con dos besos y me regalo unas botellas de Albariño de su cosecha me enseño su bodega, me dijo, este vino de Cambados es el mejor vino GALLEGO, me despedí también con una mirada del joven galgo Vento Mareiro, y ahora de vuelta y con MORRIÑA, mientras saboreo este Albariño de Cambados, recuerdo estos días en el paraíso de Rías Baixa.
JOSE MONTORO
JUNIO 2023.
Puede ser una imagen de perro
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lunes, 12 de junio de 2023

 Diario de un cuidador inexperto

Mi madre le tiene miedo a las tormentas, y esta noche no dejo de tronar, la madrugada fue agitada, ella pensaba que estaba en el pueblo y me hizo cerrar todas las ventanas, con urgencia, me pidió que entrara todos los animales en la cuadra, y ella misma quería bajar desde el granero donde creía ella dormir a la cuadra donde están los animales, le intente explicar que estaba en Sedaví que hace mas de40 años que dejo su casa de Baeza ,no me creía, pensaba que era una de mis mentiras piadosas, le pedía a mi padre que bajara a cerrar la puerta del corral.
Y mi padre desarmado le decía Joaquina que estamos en el piso, ella mientras que los truenos atronaban la madrugada me pregunto por mi hermano, le dije que estaba durmiendo.
Se quedo tranquila después de darle un calmante, la química sirve para eso las pastillas son el recurso cuando las palabras no curan ahora se oyen los trenes de la noche, y los relámpagos alumbran la cocina ella me mira muy seria y me dice estáis todos recogidos,-si mama, luego me pregunta como esta la casa de Baeza aguantara la tormenta.
Y entonces si que tengo que echar mano de las mentiras piadosas y decirle que si que su casa es un castillo, una fortaleza que siempre resiste, por que si le digo la verdad, seguirá la tormenta en su cabeza.
Y la verdad es que ellos juntos a sus hermanos vendieron la casa, y con ello todo los recuerdos y que de aquella casa no queda nada por que la derribaron toda para hacer una construcción moderna.
Que ya no hay granero ni cuadra, para refugiar a los animales en noches de tormenta.
Ahora que oigo el gritar fe los trenes de la noche pienso en aquel paraíso que fue mi casa de Baeza, aquellas cámaras donde se secaban las piezas de la matanza cubiertas en sal con una gran piedra encima.
Y es que el tiempo paso, y solo las tormentas de junio permanecen.
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LA CIUDAD PERDIDA


 Hoy me encontré a FEDERICO GARCIA LORCA, bajaba yo la cuesta de la ciudad perdida, y por Comendadores, escuché el canto de una guitarra, a lo lejos se oye un trinar de guitarra, esta dulce mañana de junio con resaca de cumpleaños, era FEDERICO quien en la plazuela de la cruz Verde cantaba el anda jaleo, no se si lo soñé probablemente si fue un sueño.

Los poetas tienen la magia de estar siempre donde quieren ellos, y cumplen años todos los días, yo por ejemplo veo desayunar a Pepe hierro todas las mañanas, se sienta bajo los toldos blancos de mi terraza y me pide un orujo Gallego, no es un desayuno común pero JOSE HIERRO puede tomar lo que quiera, y escuchar la música que le dé la gana BRAHMS, SCHUMAANN por ejemplo, lo oigo decirle a Paca Aguirre llama a FELIX que tenemos tertulia en el ateneo, dile que me llame a la radio, antes de que me jubile.
Si es cierto que a menudo yo veo poetas, en mi casa y no es que los vea es que están, la poesía tiene lecho en mi casa, ahora más que nunca, yo la visito, porque si ella me abandona nada tiene sentido si FEDERICO no lanza al aire ese pichón de Turia, ese soneto Gongorino que ahora yo canto, esas oscuridades blandas que nos da la vida, la salvan los poetas.
Este ‘’vértigo’’ Baezano este bamboleo que hace unos días, se posó en mi cabeza una noche de luna clara, de tanto mirar el cielo, de tanto buscar estrellas, y mira que me lo advirtió mi madre.
- no mires al cielo JOSELITO que te mareas, ahora me pierdo en mi insomnio, por las calles encaladas de la ciudad perdida, y es en sueños, porque no estoy BAEZA no me despertaron los ruiseñores de las huertas cercanas, ni tampoco me pareció oír el torno de mi vecina Pepa Morero, la ´maga` de la cerámica, pero si FEDERICO estaba nunca falta ala cita todos los años el cinco a las cinco vuelve el poeta que no se marcho nunca el hombre bueno que asesinaron por ser un hombre de paz.
La poesía siempre en pie de paz, ahora veo en el andén de mi estación, a Mario Benedetti ¡que destino tendrá su viaje ¡nunca se sabe, solo la imaginación nos salvara de este embrutecido mundo donde los canallas pasean en alfombras de oro, fabricadas por niños esclavos en cualquier lugar del planeta.

 Diario de un cuidador inexperto.

Mi madre esta tarde tórrida de junio me llama , toda encendida, diciéndome que es urgente que vaya ha verla para mi madre hace un tiempo que todo es urgente, a pesar que hace casi dos años que no sale de casa, por no poder bajar las escaleras de ese maldito piso, que compro con toda la ilusión del mundo cuando era joven, ella galopaba por las escaleras, los escalones están desgastados de tantos años arrastrándose, para subir ese piso de protección oficial que pago durante 20 años, las letras que aun las conserva en su arquilla, las malditas ''letras'' que para pagarlas mi padre dejo la vida en la caldera de la fabrica, y mi madre que fregó todos los suelos de medio pueblo para tener un tercero sin ascensor y sin posibilidad de ponerlo jamás, allí esta presa ella, un ángel cumpliendo condena.
Hoy por el auricular del teléfono, escuchaba su cansancio, quiere que la lleve esta tarde, de poniente infernal al cementerio ,me dice que quiere ver la foto de su madre, la que tiene en la lapida, quiere ver la lapida de su madre, la de las vecinas esta preocupada por la foto, que pondremos en su lapida ,y me pregunta a mi me enterrareis con mi madre verdad Joselito, claro mama, le digo y le pregunto para sacarle del bucle de ganas de irse que tiene, por las voces que yo no oigo por el auricular, le pregunto por los niños de la escuela de abajo, por las ventanas de esa aulas, ella se asomaba para ver a la maestra escribir en la pizarra, y le decía a sus vecinas todo orgullosa mi nieta también es maestra, y tiene una letra muy bonita.la escuela, que hay debajo de su casa, le dio a ella mucha vida y muy buenos ratos.
La escuela donde ella quiso un día que su nieta diera clases, la puerta de esa escuela, donde ella tenia una cita todos los días, donde esperaba junto a su hermana, que salieran los niños cada día, le encantaban esperar a los chiquillos, cuando enloquecidos salían de la escuela, y se abrazaban alas faldas de ella y de su hermana ahora todo eso es pasado.
En junio por la tarde los niños no van a la escuela y ella lo sufre. y sufre también que su hermana este mal como ella, el silencio invade su mundo le pregunto si esta hay si me escucha y me dice , que foto pondrás en mi la pida Joselito, y llorando le digo que la elija tu madre mama.

jueves, 1 de junio de 2023

 DIARIO DE UN CONFINADO

LA ESPERANZA Y EL OLIVO
Hace ya muchos años cerca de los cerros de Úbeda, una mañana tórrida de agosto paseando como buen forastero por el mercadillo semanal, que es una de las visitas que mas me gustan cuando viajo a una ciudad.
Cuando llego a una ciudad, mí primer destino es la oficina de turismo , lo primero que pregunto es al funcionario que me atiende, por el patrimonio cultural, en realidad lo que quiero saber es cuando montan el mercado ambulante en la ciudad, siempre es la última pregunta que hago, confieso que hace unos años tenía vergüenza de preguntarlo y esa tarea se la dejaba a mí acompañante, ahora con los años, uno ya perdió la vergüenza, y revindico la venta ambulante, las voces de los vendedores que cantan sus productos al cielo, esas voces que forman parte de mi banda sonora de mi vida
En el mercado como decía Patxi Andión cabe todo como en el rastro, lo que usted quiera lo tenemos, es un gran centro comercial puesto en la calle sin probadores ni aseos y la garantía la de “si no te viene bien me lo traes la semana que viene” yo siempre estoy aquí y aunque no sea cierto tú te lo crees, y además que importa si la semana que viene no sabrás donde estarás, ni tú ni el vendedor. Bueno eso me pasaba a mí porque mí madre en el pueblo conocía a todos los vendedores ambulantes, eran como una gran familia recuerdo que yo sentía vergüenza cuando iba con ella por que me presentaba a todo el mundo ¿este es mi hijo el mayor les decía presumiendo de hijo? a ella le encantaban los mercados ambulantes y le gustaba que fuera yo con ella me decía que así no tenia que preguntar los precios, (ella no sabía leer) yo agarrada a su brazo caminaba entre los pintorescos puestos me encantaban el puesto de las especias, el de los encurtidos con esas aceitunas machacadas con olor a orégano, mí madre era feliz sus ojos brillaban, se le iban todos los males caminaba erguida y se le olvidaba su reuma crónica, dábamos un par de vueltas por aquel sitio mágico.
No se si alguna vez has ido con tu madre al mercado, pero es una experiencia fantástica mi madre desde que emigro a Valencia todo lo compraba en el mercado ambulante, en los años de mi infancia ella compraba en las tiendas del pueblo que le “fiaban “porque ella no tenía dinero siempre, otro día hablaremos de esos años y como resistían tenderos y compradores.
En los mercados ambulantes conviven como sabéis todo tipo de cosa algunas necesarias y otras inútiles, desde la ropa interior mas provocativa hasta los calzoncillos de los mayores, zapatos para todos, los tacones más provocativos y las abarcar para los labradores.
Mí madre regateaba siempre con el vendedor, era como un sainete teatral el dialogo que se producía peleando cada peseta, cada uno tirando para un lado un instante cómico y a veces casi trágico verlos regatear a comprador y vendedor, yo me enfadaba con mi madre le decía que no se enfadara con los vendedores y ella me decía con mucha gracia “si yo no me enfado, yo regateo Joselito me decía” y luego volvía al puesto de las verduras y ajustaban el precio y ella sacaba de su viejo monedero unas monedas y se las entregaba al hortelano, aun refunfuñando.
Su sitio preferido era el de las macetas le perdían las flores, mi padre decía que no iba al mercado por que siempre venia cargado con una maceta, era una guerra permanente un matrimonio que se ponía en peligro cada vez que iban juntos al mercado ambulante, y sobre todo la pelea era por las flores, mi padre como buen hortelano decía que solo las flores que dan fruto valen la pena, lo de más decía enfadado es tirar el dinero.
La ultima vez que fui al mercado con ella fue en mí tierra en el Sur recuerdo que compro una maceta preciosa de hierbabuena ,le entro por los ojos, y en el regateo entro una “estaquilla” que estaba medio moribunda tirada en el suelo con las hojas “cansadas” te la regalo le dijo el vendedor, ¿menudo regalo me haces le respondió mi madre un olivo medio muerto, salimos del mercado cargados y con el moribundo olivo bajo mi brazo, mi madre me dijo vamos a buscar una fuente, y mojamos las hojas y la poca tierra arcillosa que le quedaba en sus raíces, lo llevamos a casa y en los siguientes días el olivo estuvo en la UVI de mi balcón lo trajimos medio moribundo a Valencia y durante años permanece en mi casa, el pobre olivo no encontraba su salud y paso unos años con su crónico abatimiento, este año le encontré el sitio en casa donde entra un rayo de luz, y sea erguido ha decidido vivir, hoy le he vito por primera vez unas flores que serán aceitunas en otoño, y me acorde de mi madre y de mi padre, tengo flores y fruto en un olivo que sacamos de la UVI, me acorde los amigos que han salido de esta enfermedad, y de lo importante que es tener un ángel sanitario que crea en la vida como mi madre.


Valencia 31 de MAYO 2020 confinado con la vida.

                         DE VUELTA AL GIMNASIO.

Hoy he vuelto al gimnasio después de unas semanas de retiro decidí volver a la jungla de la salud, y decidir armar la bolsa, y preparar el equipaje para ir al gimnasio ya es mi primer reto sobre todo porque me da una pereza, la de cosas que se necesitan ¡ zapatillas de agua, toalla, zapatillas, jabón etc., etc. ¡- no me digáis que no es un esfuerzo , preparo menos equipaje cuando me marcho de casa para una semana, de hecho cada vez que voy a esa fábrica de ´musculo ‘se me olvidan alguna cosa que siempre me recuerda que mi memoria anda fallando estrepitosamente, la memoria es algo que les falla a muchos ciudadan@s de este país pero esa es otra memoria, que por cierto algunos partidos políticos de este país boicotean permanente mente, y otros se mofan de la memoria , sacan sus banderas con aguiluchos y garras.
Hace unos días que se instalo en mi cuerpo una enfermedad que se llama vértigo, y eso me obligó a mi retiro momentáneo, hoy en el vestuario me preguntaba un vecino de fatigas ’musculares`` si me pasaba algo, - me dijo que tenía mala cara, y es verdad mala cara tengo los últimos años y es que el mundo creo yo no está para tener buena cara, pero ese es otro cantar.
Le estaba contando a mi amigo los síntomas de mi enfermedad, y en un minuto a mi alrededor ya tenía más de cuatro opiniones de hechiceros de la salud, es muy reconfortante, cuando uno se encuentra mal que te den algún consejo pero es tremendo cuando esto lo cuentas en un gimnasio por que al rato tienes 20 diagnósticos, y casi me siento señalado cuando voy de aparato en aparato, yo soy el de los vértigos ¡seguro que alguno ya me puso el mote¡ y a lo mejor mi vértigo esta en lo que decía aquella canción ‘’vértigo al que mundo pase’’ y es que el mundo pasa con una prisas desmesurada , y ahora me acojo a un poemario que tengo en mi mesa, LAS ESTAMPAS DEL TIEMPO, y me pierdo en el pretil de las horas, sobre todo estas que paso entre un profundo olor a sudor, mezclado con cientos de perfumees imposibles, aquí huele mal me dan ganas de decir en voz alta pero me callo, por que si no me expongo a ser señalado de otra manera.
Hay un eslogan que repite una voz suave de chica por los altavoces ‘’que machaconamente deja un mensaje al aire, a modo de cuña publicitaria tu puedes mejorar tu cuerpo’’ a mi la verdad lo de mejorar mi cuerpo no es mi meta, a mis 60 años no me preocupa demasiado mi cuerpo de trabajador precario, explotado en una larga carrera laboral, se que no voy a recuperar mis años, fui carne de yugo como casi todos los que ahora me rodean aunque algunos se sientan liberados haciendo kilómetros en una cinta de correr.
Mi objetivo hoy era contaros esos tatuajes que veo en la piel en los músculos engrasados de mis vecinos de fatigas, y sudores, me fije que una chica llevaba escrita en su ombligo una frase sacada de la biblia, y no quise elucubrar mucho en ella, cada uno se tatúa en su cuerpo lo que quiere, pero pensé yo que para escribir locuras ya tiene uno el ‘’facebuque’’ como ahora hago yo en este diario, de ahí a tatuárselo en la piel hay un mundo. Hoy me quedo, con un tatuaje muy patriótico un chico llevaba en su brazo el mapa de Ecuador y subrayado el nombre de la ciudad que lo vio nacer.
No sé si algún día me tatuare el mapa de España espero que no mal muy mal estaría yo, tampoco quiero poner en mi piel el nombre de mi ciudad Baeza, pero por favor si alguna vez lo pienso, que no allá abierto ningún tatuador, que no quede nadie para inyectar tinta en mi piel no quiero hacerle daño a mi ciudad.