Diario de un cuidador inexperto.
Mama hoy no pude hablar contigo,de Caceres a Cordoba,por la ruta de la plata, como un arriero cargando de recuerdos y de paisajes,con una mochila y muchas preguntas,ahora estoy pensando en ti ,en lo mucho que te gustaba hacer la maleta para viajar,y las pocas veces que hiciste la maleta,tu solo viajabas para enterrar un familiar,o para alguna boda, siempre al pueblo claro,mi padre siempre atareado,con el huerto,""dichoso huerto""me dijiste alguna vez.
Hoy me acorde de ti,los dos tenemos algo en común,ninguno de los dos hemos subido en avión, tu ya no subirás,y yo tampoco a no ser que algún día me de por ir a la Boquita a Nicaragua para estar con mi hermana Aurora,lo veo difícil mi fobia a las alturas no me lo permite.
Y ademas tengo la suerte de vivir en el país que quiero,hoy la jornada fue excepcional,salimos temprano de Caceres,mirando la ciudad que despertaba entre la niebla y las madrugadoras cigüeñas,nos acogió Merida,y esperamos a que se despertara el teatro romano,pisamos sus entrañas con miedo hacerle daño a la historia en silencio,con la emoción de estar en un mundo mágico.
Sentado en tu piel,en tus escalones aun con escarcha,la humedad se derramaba por la historia,cerré los ojos, mi memoria se inundo de teatro,de este teatro desenterrado para que el sol lo caliente,y la luna lo duerma.
Podría contar mil sensaciones,pero hoy fue un día especial,abrace a Medea,y bese a Margarita Xirgu ella esta hay permanece en el teatro romano de Merida,desde junio de 1933,que fue Medea en la versión de don Miguel Unamuno.
El guardián del teatro me llamo,parecía irritado,yo creí que recibiría una reprimenda, se acerco severo,y me dijo es usted el que dejo esa rosa amarilla en los pies de Margarita,no le conteste esa rosa la dejo Federico Garcia Lorca.
Ahora mientras escribo este diario en la patria del maestro Gongora,cierro los ojos,y duermo abrazado Margarita Xirgu que murió en el exilio siendo la Medea de Merida.
Hoy me acorde de ti,los dos tenemos algo en común,ninguno de los dos hemos subido en avión, tu ya no subirás,y yo tampoco a no ser que algún día me de por ir a la Boquita a Nicaragua para estar con mi hermana Aurora,lo veo difícil mi fobia a las alturas no me lo permite.
Y ademas tengo la suerte de vivir en el país que quiero,hoy la jornada fue excepcional,salimos temprano de Caceres,mirando la ciudad que despertaba entre la niebla y las madrugadoras cigüeñas,nos acogió Merida,y esperamos a que se despertara el teatro romano,pisamos sus entrañas con miedo hacerle daño a la historia en silencio,con la emoción de estar en un mundo mágico.
Sentado en tu piel,en tus escalones aun con escarcha,la humedad se derramaba por la historia,cerré los ojos, mi memoria se inundo de teatro,de este teatro desenterrado para que el sol lo caliente,y la luna lo duerma.
Podría contar mil sensaciones,pero hoy fue un día especial,abrace a Medea,y bese a Margarita Xirgu ella esta hay permanece en el teatro romano de Merida,desde junio de 1933,que fue Medea en la versión de don Miguel Unamuno.
El guardián del teatro me llamo,parecía irritado,yo creí que recibiría una reprimenda, se acerco severo,y me dijo es usted el que dejo esa rosa amarilla en los pies de Margarita,no le conteste esa rosa la dejo Federico Garcia Lorca.
Ahora mientras escribo este diario en la patria del maestro Gongora,cierro los ojos,y duermo abrazado Margarita Xirgu que murió en el exilio siendo la Medea de Merida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario