lunes, 14 de octubre de 2024

 

Sorolla y Manuel Vicent 
 
La luz del Mar
 
 
El año pasado estuvimos celebrando el centenario de Joaquín Sorolla, lo hicimos a lo grande nos fuimos a su casa museo en Madrid, los actos que se programaron en la casa del pinto fueron extraordinarios cargados mucho arte, música conferencias en un lugar del paraíso, días inolvidables para mí,en los jardines de la casa pase muchas horas disfrutando de un jardín fantástico, que por cierto están junto al museo y son gratuitos, en esos jardines, sus fuentes y sus flores quedaron para siempre en la obra del pintor Valenciano, ese magnífico jardín donde fue ta Feliz Joaquín Sorolla.
De todas las actividades la que más disfrute fue la exposición, en el mar de Sorolla con Manuel Vicent, la exposición no tenia catálogo, tenia un libro de Vicent, una joya de libro donde se comparten textos y cuadros de Sorolla Manuel Vicent hace un recorrido por la obra del pintor y por los años que paso Joaquín Sorolla pintando en este País Valenciano, no tengo que descubrir la prosa poetica de uno de los escritores mas grande de este país.
Yo espero todos los domingos con impaciencia los artículos la columna de Vicent en el Pais, con sus palabras que recojo y guardo en una carpeta azul, con el desayuno siempre los fines de semana, pero hoy es sábado y por sorpresa me encontré un artículo de Manuel Vicent con el título " La luz como placer "un articulo en el qué repasa una de sus primeras llegadas a Valencia, y algunas anécdotas que no quiero desvelar, un artículo escrito hace a penas unos días en un banco público de la plaza Tetuán donde se ha inaugurado la exposición que el año pasado estuvo en Madrid en el centenario del pintor, la grandeza de Manuel Vicent es infinita, sus ojos de mar son pinceles cargados de ternura, nadie como el para dar vida a la Valencia de Blasco Ibáñez, para revivir aquellas escenas de Flor de Mayo, que quedaron para siempre en la vida de todos los valencianos que amamos la cultura, la vida de un pueblo Valenciano cargado de luz y de memoria, gracias Manuel Vicent por agrandar nuestra vida con tu fantástico trabajó literario, gracias por tu cariño por lo nuestro, por esas pequeñas cosas tan cercanas,tan humildes, que en tu literatura son un mar de memoria.

viernes, 11 de octubre de 2024

 

ELEGÍA A MIGUEL HERNÁNDEZ 

 

EN EL CEMENTERIO DE ALICANTE.

VICENTE ANDRÉS ESTELLES.

 

Escrito en febrero 1960 escrito en monosílabos, versificando en vertical, a modo de ciprés, los cipreses que el vio en el cementerio de ALICANTE aquel invierno de posguerra.

 

HE VENIDO MIGUEL HERNÁNDEZ

AQUÍ DONDE YACES,

COMO QUERÍA HACE MUCHOS AÑOS.

HE CALLADO MIRANDO EL NICHO-

HE QUERIDO INÚTILMENTE REPETIRME

EN SILENCIO UN VERSO TUYO.

 

HE SENTIDO UNA PENA INVENCIBLE

 COMO UN NUDO

 MUY VULGAR EN LA GARGANTA-

 

HE CALLADO.

SOLO LEÍA TU NOMBRE EN LA LOSA.

HACE MUCHO TIEMPO (DESEABA)

QUE QUERÍA VENIR.

ESTOY AQUÍ.

EN PIE MIRO EL NICHO.

CAE UN SOL MUY SUAVE, DE MIEL.

LOS PÁJAROS CRUZAN EL AIRE.

YO DEBÍA VENIR Y HE VENIDO.

ESTOY AQUÍ.

TE RECUERDO MIGUEL.

NO PUEDO MAS.

NO PODÍA MAS Y HE VENIDO.

HE CRUZADO EL CEMENTERIO-

FINALMENTE, HE LLEGADO-

EL MOMENTO MAS INTENSO

EN MI EXISTENCIA.

NO HE TRAÍDO UN JAZMÍN, UN GERANIO.

TE HE TRAÍDO MAS SILENCIO. MIGUEL.

DE RODILLAS HE TOCADO CON LA MANO TU NOMBRE EN LA LOSA.

NO ME OLVIDES MIGUEL. YO TE LO RUEGO “.

 

Vicent Andres Estellés 
 
 
Este año se cumplen cien años del nacimiento de uno de los más grandes poetas de este país, yo tuve la gran suerte de conocerlo  de tener una amistad con el que se prolongó en el tiempo, la primera vez que nos vimos fue en1983, el y su compañera Isabel me abrieron su casa, y desde entonces nos vimos a menudo en su humilde piso de Ceramista Ros, yo era entonces un joven poeta,  un aprendiz de poeta, el mismo que sigo siendo hoy pero con bastantes años más, ahora recuerdo una tarde fantástica que lo lleve a ver a Nuria Espert y a Rafael Alberti en el teatro Olimpia,  cuando termino el recital, el fantástico trabajo poético que Nuria y Alberti, llevaron por todos los teatros españoles, en una larga gira que duro casi dos años, en los camerinos del Olimpia, recuerdo una imagen que no olvidare jamas, los tres abrazados Vicent, Nuria y Alberti, los tres llorando de emoción, fue un momento inolvidable, el abrazo de Vicent y Alberti, un abrazo largo, yo había visto a Vicent llorar de emoción alguna vez leyendo poemas, pero a Alberti no,  y ese día Rafael abrazando a Vicent lloraba emocionado, Nuria Espert los abrazo y juntos hablaron de poesía, de la vida hasta que los empleados del teatro nos invitaron a irnos en la sala del teatro todos esperaban a Nuria y Alberti, nosotros nos marchamos en silencio Vicent no paraba de llorar, luego en el coche hablamos del recital y de una catarata de emociones, no lo puedo olvidar, no lo olvidare jamas.
Después lo acompañamos a Vicent y a su inseparable compañera, la adorable Isabel en las Termas de Benicasim cuando el poeta estuvo ingresado, lo entrevistamos para el programa la poesía que yo hacía en radio Klara, y su amistad se prolongó unos años.
Vicent Andrés Estellés tenía pasión por Miguel Hernández, y por Antonio Machado, la primera vez que hablamos me preguntó con voz seria '- Montoro quienes son los poetas que tú admiras y yo sin dudar le dije Antonio Machado y Miguel Hernández, ese día me gané para siempre a Vicent, le dije que yo naci en Baeza donde estaba el aula de Antonio Machado, y también le dije que estuve en el cementerio visitando la tumba de Miguel Hernández, Vicent se fue a una estantería y me trajo unos folios era la elegía a Miguel Hernández que el escribió en febrero de 1960 después de su visita a la tumba del poeta de Orihuela, una elegía extraordinaria escrita en monosílabos versificados en vertical, a modo de ciprés los cipreses que el contempló en el cementerio de Alicante aquel invierno de posguerra.
Después público en primera soledad el único poemario escrito en castellano dos poemas más dedicados a Miguel Hernández y otro a Antonio Machado, aquí os dejó el audio de mí traducción de la elegía a Miguel Hernández de Vicent Andrés Estellés.

miércoles, 9 de octubre de 2024

 

Las sendas de Joselito.
 
(El Maestrazgo Turolense)
 
 
Hoy madrugamos la ruta para mí era desconocida, o mejor dicho olvidada, una de mis pasiones cuándo era joven era viajar desde mi casa del mar en Peñíscola, hasta la sierra Turolense de Albarracín subíamos por Morella, Castell de Cabras todo el Maestrazgo Valenciano, y acabábamos en la ciudad de Albarracín dónde montamos la tienda de campaña, tratábamos de revivir un viaje literario ficticio que nos contó un apasionado seguidor de Blasco Ibáñez, nos contaba que una vez el gran escritor Valenciano Don Vicente Blasco Ibáñez viajó desde Peñíscola hasta el pueblo aragonés donde vivió su padre, atravesando todo el Maestrazgo, seguramente ese viaje no existió jamás, pero a mí me divierte revivir viajes, que hoy si vivieran esos escritores seguro que ellos reivindicarían en fin son cosas de Joselito.
Hoy sábado de otoño teníamos un viaje apasionante desconocido, salimos por la ciudad de Sagunto la ciudad de la que si escribió Don Vicente Blasco Ibáñez, dejamos la ciudad amurallada, y tomamos la carretera de Teruel la ciudad del amor, viajamos hacia el norte por la carretera en dirección a Cantavieja, buscando la ciudad de Alcañiz pero no, ese no era hoy nuestro destinó, nuestra senda era la del pueblo Turolense de Molinos, un extraordinario pueblo que apenas si tiene 225 habitantes, buscábamos las famosas grutas de cristal, descubiertas en 1961 por unos espeologos catalanes y que hoy son monumento natural, llegamos a la hora del almuerzo , pero hoy la comida sería un poco más tarde. Subimos los 130 escalones despacio " los años no perdonan ", a la puerta de la gruta nos esperaba Andrés el guía de estás fantásticas grutas, esta cueva impresionante por la que paseamos siguiendo las indicaciones del apasionado guía, nos quedamos en silencio escuchando el tallar del agua, que en cientos de años ha hecho con su gota a gota una catedral de cristal un lugar donde el tiempo se detiene, es un lugar para soñar pero nuestro cuerpo tenía hambre, y nuestro guía quería marcharse a comer, bajamos los escalones de la cueva, con el Maestrazgo a nuestros pies y nos dirigimos a comer a una antigua posada del siglo XVllll donde nos esperaba un estofado de carné con setas de tierra que saboreamos como Dioses, descansamos de la comida, contemplando la plaza Mayor, la tarde fue fantástica admiramos la iglesia Gótica muy necesitada de restauración, que lastima que este país no cuide su patrimonio monumental, ni su patrimonio natural.
Callejear por Los Molinos es darse un baño de naturaleza, una gozada pasear por sus calles vacías, después del verano no queda ni un alma aquí, que tristeza no encontrar a nadie, entramos en una pequeña tienda y hablamos con la dueña una mujer de unos sesenta años que nos hablo de la belleza del pueblo entusiasmada, también nos hablo del olvidó de años por parte de los políticos de cómo los jóvenes dejan su tierra por falta de trabajo.
Nos sentamos en un banco mirando la senda que sube a la ermita pero el caminante ya no tenía fuerzas.
Cuanta belleza, y demasiado olvido en este lugar donde el rumor del agua tiene la banda sonora de los días de otoño, cuando los árboles se pintan de colores imposibles.

LA CASA DEL MAR 

HABLANDO CON EL LABRADOR DE MAS AIRE

 

 Llega el otoño a la casa del mar, los atardeceres traen una vieja melancolía en sus alas azules el rojo tiene prisa en irse a dormir,el jardín tiene un manto de hojas secas que ahora son el lecho de la vieja gata de Martin,las tórtolas preparan la maleta, se oyen sus miedos en la buganvilla desnuda,el olivo de padre de pronto enfermo no se si fue de nostalgia es octubre y hace dos años que se fue el labrador de mas aire,el mulero de Dios me recuerda que no es bueno podar en otoño,pero yo con una tonelada de tristeza en el alma decidí cortar las alas de la estaquilla que salvo mi madre.un verano de ternura,si es otoño y mi corazón lo sabe,la semana que viene iré a visitarte padre,tengo muchas preguntas para ti,el hijo del mulero naufraga siempre en Otoño.

jueves, 3 de octubre de 2024

 

Hablando con mí padre.
 
En el huerto de Plauto.
 
 
 
Hoy como muchos días, estuve hablando con mí padre, el hace este Otoño cinco años que ya no está físicamente pero, cómo siempre os dije converso con el todos los días, normalmente hablamos de Baeza de la familia, de política también, aunque últimamente la política es muy patética, y como siempre muy pesebrera,de fútbol también hablamos, los dos somos muy futboleros, los dos corrimos detrás de un balón en las eras de mi pueblo, ambos somos seguidores de equipos pobres, el es del Betis y yo del Levante, tenemos más penas que alegrías pero lo llevamos bien.
Estos días hablo más de lo normal, quizás por qué se aproxima su aniversario o tal vez es porque estoy plantando el huerto de invierno y aquí si que tengo un mar de dudas, las espinacas, las acelgas, no se si plantar las con  semillas, o con planter,o como los ajos que cometí el error de principiante de plantarlos en luna llena y han saltado de la Tierra las judías verdes que están naciendo caprichosas, las alcachofas que este año son nuevas y alguna están un poco débiles, las dudas siempre si he charle estiércol de caballo, o de oveja, en fin mil dudas, que el labrador de mas aire me resuelve, a su modo hoy hablamos de una malla de plástico que he tenido que colocar para que los pájaros no se coman la cosecha a el no le gusta,- me dice que la tierra no se puede encerrar y que los pájaros tienen que comer también, los pájaros los caracoles, los topillos, las plagas, la sequía, en fin que tengo muchos problemas para poder mantener en marcha el huerto de Plauto.
Los dos nos hemos quedado en silencio mirando el olivo del caminó que no tiene ni una aceituna, y el me ha dicho '- Joselito mientras el mundo este en guerra el olivo no dará fruto, la guerras son lo peor para los seres humanos y para la tierra y sobre todo para los olivos.
Malditas guerras.
EN PIE DE PAZ  TE  ESCUCHO PADRE.

 

Machadianamente 
 
 
Colinas plateadas.....
 
 
 
Anoche en Soria me despertaron las campanas de la audiencia, hay dos ciudades donde las campanas siempre me llevan a la poesía, Baeza, con el repicar de la catedral, con Don Cristóbalon espantando la lechuza que bebe del velón sagrado de Santa María, o como en este caso las campanas de Soria, las del reloj que mide los tiempos vacíos, el silencio que nos lleva por calles donde Gustavo Adolfo Bequer buscaba el rayo verde, y Gerardo Diego busca versos, estrofas infinitas en las aguas del Duero, poetas Andaluces que soñasteis en la Cabeza de Extremadura un sueño dilatado.
Ahora que la ciudad de los poetas duerme, acunada plácidamente, con el rumor del Duero, yo contemplo desde mi Ventana, los campos de Soria los chopos de San Saturio que bailan un vals de enamorados, las hojas secas que danzan al son de este aire Otoñal, que se abrazan junto a la curva de ballesta, el Duero que canta y traza las estaciones, sus aguas que saben de amores y desdichas, hoy nos acogen una vez más, como tantas veces con sus estrofas y sus versos en cada esquina, en cada rincón, donde galerías y soledades nos embriagan de amor.
Hoy somos felices aquí en esta ciudad tan hospitalaria, tanto como lo fue Machado, los cinco años de Soria fueron los cinco años mas felices de su vida así lo contaba el poeta " si la felicidad es posible y real, yo la identifico mentalmente con los años en Soria y con el amor de mi mujer ".
Ahora desde mi Ventana veo la iglesia de Santo Domingo y oigo a las monjas cantar maitines, veo como al amanecer se abre la puerta de este cielo de poetas, hoy tenemos una cita en la laguna negra, con el bueno de don Antonio Machado.