martes, 2 de abril de 2024

 El taller de la infancia

Hacía tiempo que tenía cerrado el taller pictórico de mi infancia, hace muchos años que comencé a pintar, fui de muy niño a la escuela de arte de Baeza, junto a mí hermano Lucas, mi madre recuerdo era la mujer de la limpieza de la escuela, fue muy poco tiempo el que estuve apenas un año, migramos en 1973.
Ayer en una tarde muy lluviosa volví a pasar por la puerta de la escuela de arte, los recuerdos me calaron el alma el cuerpo ya lo tenia empapado, al llegar a casa me di una ducha de agua caliente, y volví a recordar mi precaria infancia, hasta los 15 años y ya en Valencia no me duche con agua caliente en mi casa de Baeza teníamos un barreño, y un lebrillo en la cuadra para asearnos, una orza en el corral para hacer nuestras necesidades ese era nuestro cuarto de bañó, hoy he valorado los cambios de mí vida con una ducha consciente, y he vuelto abrir mi taller, con la lluvia en los cristales y una neblina en la calle, una tarde poética de lluvia fina y neblina.
Cerré el cuaderno y abrí la caja de pinceles, para volver a la infancia, hace unos años un buen amigo me dijo que mis cuadros eran muy infantiles y eso para mí fue un gran elogio, cada vez qué mis manos abren el taller pictórico vuelvo a mi infancia y ese es mi territorio mágico, el tiempo se llena de fantasía y mientras oigo el murmullo de la lluvia al caer, me pierdo en los colores y mí mundo gira entre los recuerdos y la magia, es buena la vida, las alamedas del tren de la Yedra siguen abiertas.
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Paqui Rodríguez, Antonio González R y 10 personas más

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