LA CIUDAD PERDIDA
Hoy me encontré a FEDERICO GARCIA LORCA, bajaba yo la cuesta de la ciudad perdida, y por Comendadores, escuché el canto de una guitarra, a lo lejos se oye un trinar de guitarra, esta dulce mañana de junio con resaca de cumpleaños, era FEDERICO quien en la plazuela de la cruz Verde cantaba el anda jaleo, no se si lo soñé probablemente si fue un sueño.
Los poetas tienen la magia de estar siempre donde quieren ellos, y cumplen años todos los días, yo por ejemplo veo desayunar a Pepe hierro todas las mañanas, se sienta bajo los toldos blancos de mi terraza y me pide un orujo Gallego, no es un desayuno común pero JOSE HIERRO puede tomar lo que quiera, y escuchar la música que le dé la gana BRAHMS, SCHUMAANN por ejemplo, lo oigo decirle a Paca Aguirre llama a FELIX que tenemos tertulia en el ateneo, dile que me llame a la radio, antes de que me jubile.
Si es cierto que a menudo yo veo poetas, en mi casa y no es que los vea es que están, la poesía tiene lecho en mi casa, ahora más que nunca, yo la visito, porque si ella me abandona nada tiene sentido si FEDERICO no lanza al aire ese pichón de Turia, ese soneto Gongorino que ahora yo canto, esas oscuridades blandas que nos da la vida, la salvan los poetas.
Este ‘’vértigo’’ Baezano este bamboleo que hace unos días, se posó en mi cabeza una noche de luna clara, de tanto mirar el cielo, de tanto buscar estrellas, y mira que me lo advirtió mi madre.
- no mires al cielo JOSELITO que te mareas, ahora me pierdo en mi insomnio, por las calles encaladas de la ciudad perdida, y es en sueños, porque no estoy BAEZA no me despertaron los ruiseñores de las huertas cercanas, ni tampoco me pareció oír el torno de mi vecina Pepa Morero, la ´maga` de la cerámica, pero si FEDERICO estaba nunca falta ala cita todos los años el cinco a las cinco vuelve el poeta que no se marcho nunca el hombre bueno que asesinaron por ser un hombre de paz.
La poesía siempre en pie de paz, ahora veo en el andén de mi estación, a Mario Benedetti ¡que destino tendrá su viaje ¡nunca se sabe, solo la imaginación nos salvara de este embrutecido mundo donde los canallas pasean en alfombras de oro, fabricadas por niños esclavos en cualquier lugar del planeta.
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