Diario de un cuidador inexperto
Mi madre esta tarde se quería marchar a su otra casa,yo le pregunte,- a que casa y me dijo a la que sea quiero salir de aquí,quiero irme.
Me deja desarmado pero no me extraña, en tardes como estas, que el calor achicharra,a quien no le dan ganas de irse de casa,cuantas veces yo me quise marchar, a cualquier lugar, a veces sentimos un mal que nos agobia, que yo no se describir, quizás mi madre ahora sienta eso, el deseo de huir de todo, de perderse, por las calles de un lugar desconocido, por las alamedas de una ciudad sin nombre, cuando la soledad,nos atrapa,huir es un destino bueno siempre,y no me digan que abra las paginas de un libro, por que tengo uno en mis manos bien bueno, y mis ojos no están en las paginas de este libro, el territorio de los libros es el que mas me a salvado de tardes de angustia como la de hoy, pero confieso que prefiero cerrar el libro,por el bien de la literatura y por mi mismo, mejor caminar,salir a las calles huérfanas, de gente que triste una calle vacía una ciudad donde solo hay fuego, donde la brisa, se esconde,en no se que rincón.
Huir mi madre quiere marcharse y yo con ella, huir por las calles vacías,aunque sea solo, para olvidar el tedio que a veces nos invade,mi padre dice que esta mal, que la ''manía que tiene de irse a otra casa'' no es normal y sin embargo yo la entiendo, yo se que no son caprichos de niña grande, si no verdaderas ganas de ver otro paisaje otras gentes,deseos de caminar aunque sea por el infierno,yo esta tarde me refugie en las entrañas, en la soledad de una tarde larga, en un barrio desierto,caminando por el infierno por que a veces tenemos que caminar por el infierno para saber que aun nos queda la esperanza , que las alamedas serán mas grandes cuando uno salga de esta soledad interior, que nos atrapa que dispersa, lo mejor de nosotros, que nos ataca en cualquier momento,a mi madre esta tarde a mi también solidario hasta en las ganas de huir.
Me deja desarmado pero no me extraña, en tardes como estas, que el calor achicharra,a quien no le dan ganas de irse de casa,cuantas veces yo me quise marchar, a cualquier lugar, a veces sentimos un mal que nos agobia, que yo no se describir, quizás mi madre ahora sienta eso, el deseo de huir de todo, de perderse, por las calles de un lugar desconocido, por las alamedas de una ciudad sin nombre, cuando la soledad,nos atrapa,huir es un destino bueno siempre,y no me digan que abra las paginas de un libro, por que tengo uno en mis manos bien bueno, y mis ojos no están en las paginas de este libro, el territorio de los libros es el que mas me a salvado de tardes de angustia como la de hoy, pero confieso que prefiero cerrar el libro,por el bien de la literatura y por mi mismo, mejor caminar,salir a las calles huérfanas, de gente que triste una calle vacía una ciudad donde solo hay fuego, donde la brisa, se esconde,en no se que rincón.
Huir mi madre quiere marcharse y yo con ella, huir por las calles vacías,aunque sea solo, para olvidar el tedio que a veces nos invade,mi padre dice que esta mal, que la ''manía que tiene de irse a otra casa'' no es normal y sin embargo yo la entiendo, yo se que no son caprichos de niña grande, si no verdaderas ganas de ver otro paisaje otras gentes,deseos de caminar aunque sea por el infierno,yo esta tarde me refugie en las entrañas, en la soledad de una tarde larga, en un barrio desierto,caminando por el infierno por que a veces tenemos que caminar por el infierno para saber que aun nos queda la esperanza , que las alamedas serán mas grandes cuando uno salga de esta soledad interior, que nos atrapa que dispersa, lo mejor de nosotros, que nos ataca en cualquier momento,a mi madre esta tarde a mi también solidario hasta en las ganas de huir.
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