Diario de un cuidador inexperto
Ayer este aprendí de cuidador recibió la primera clase,de este segundo año que inicio,a pesar de la lucha con mi padre,por no querer contratar a una persona con capacidad a una profesional del cuidado,en este país y lo vivo en mi casa nadie está dispuesto a pagar el trabajo bien hecho,el altruismo la caridad,es lo que se ha implantado por desgracia en todos los ámbitos de la vida en este país empobrecido por unos políticos chorizos,con una avaricia sin limites,mi padre se queja con razón que por que no le llegan las ayudas que el ve en la televisión,que los políticos hablan y hablan,pero que su pensión no le llega y los ahorros de toda la vida van mermando.
Lo sufren las profesionales de la geriatría que gracias a su vocación y a su cariño por los enfermos trabajan por un salario mínimo que seguro también necesita,para poder llevar adelante su casa,yo escucho con atención las instrucciones que me manda,la cuidadora profesional que limpia,cura las heridas asea al paciente,me indica algunos movimientos que hago mal,me rectifica con una vehemencia espartana,y me dice ten cuidado,o te resentirás de la espalda,tendrás dolor cervical y entonces no podrás ayudar,tendremos dos enfermos me dice.
Esto es una cadena,un país que no quiere pagar profesionales,no es un país,es un gran lugar para la chapuza para los bricomaniacos,y en la sanidad y la geriatría, la chapuza es una locura por que el trato es con personas y con las personas,no se juegan,a estas horas de la madrugada,en mi cama plegable,con un dolor de espalda terrible y un calor infernal, miro hacia atrás en los años y veo que tenemos muy buenos profesionales,y este país sigue siendo,el país de la chapuza.
Ahora oigo pasar los trenes de la noche las campanas de la madrugada,y pienso que este país perdió muchos trenes y lo convirtieron en lo que siempre fue un pueblo de campanas,de sacristía y misa diaria que pena,los profesionales del saqueo ganaron,a un pueblo que lucho por ser digno.
Lo sufren las profesionales de la geriatría que gracias a su vocación y a su cariño por los enfermos trabajan por un salario mínimo que seguro también necesita,para poder llevar adelante su casa,yo escucho con atención las instrucciones que me manda,la cuidadora profesional que limpia,cura las heridas asea al paciente,me indica algunos movimientos que hago mal,me rectifica con una vehemencia espartana,y me dice ten cuidado,o te resentirás de la espalda,tendrás dolor cervical y entonces no podrás ayudar,tendremos dos enfermos me dice.
Esto es una cadena,un país que no quiere pagar profesionales,no es un país,es un gran lugar para la chapuza para los bricomaniacos,y en la sanidad y la geriatría, la chapuza es una locura por que el trato es con personas y con las personas,no se juegan,a estas horas de la madrugada,en mi cama plegable,con un dolor de espalda terrible y un calor infernal, miro hacia atrás en los años y veo que tenemos muy buenos profesionales,y este país sigue siendo,el país de la chapuza.
Ahora oigo pasar los trenes de la noche las campanas de la madrugada,y pienso que este país perdió muchos trenes y lo convirtieron en lo que siempre fue un pueblo de campanas,de sacristía y misa diaria que pena,los profesionales del saqueo ganaron,a un pueblo que lucho por ser digno.
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