domingo, 2 de abril de 2017

DIARIO DE UN CUIDADOR INEXPERTO
Mi madre este fin de semana estaba en buenas manos con un cuidador experto, para ser un cuidador experto, hay que tener mucha paciencia, mi hermano la tiene, tiene paciencia y un espíritu de trabajo, que no es normal,nunca le oír decir , que esta cansado,nunca me dijo que esta noche no he dormido, y yo se muchas noches que las pasa en vela, lo se mirándolo a los ojos, sus ojeras lo delatan,pero de el ni una queja.
Estos dos niños que cuidamos, un niño de 90 años y una niña de 84,ambos esperando a su madre, mi madre quiere que estemos los dos siempre con ella, la soledad del niño que no puede jugar por que sus piernas no se lo permite,la humedad de sus defecaciones, que ella niega siempre, por que nunca quiere vernos limpiándole su trasero,le costo mucho aceptar esta situación, el verse desnuda como un árbol sin hojas.
Ella puso los trapos a su madre, ¡entonces no existían los paquetes¡ que hoy palían el dolor de nuestros mayores, ella puso polvos de talco en''el chochete'',como hoy se lo ponemos mi hermano y yo durante años y mi madre lavo a mano aquellos trapos, que reparaban las lagrimas a ras del suelo de mi abuela,la vida sigue su ciclo y ahora nos toca a nosotros, y dejamos lo mejor de nuestras vidas en su cuidado.
Hace unos días un profesional de la sanidad me hablaba de este diario que escribimos aquí,lo elogiaba y me decía que las palabras me servirán de terapia,que me curaran ese desamparo de ver como la vida se va como un hilo de agua como aquella fuente que seco la sequía, yo le decía que no son las palabras ,las palabras las alineo aquí, y aunque estoy convencido que las palabras curan sanan nuestro desconsuelo.
Lo importante para mi fue entrar por la parte de los sentimientos,y aprender a cuidar a dos niñ@s ancianos, que para mi esto es un regalo.
Yo vivía en mi mundo en mi nube precaria,ajeno al dolor,ya no recordaba casi como murió mi abuela, y ahora veo aquel tendedero lleno de trapos blancos que lavaba mi madre para suavizar la muerte de mi abuela, ahora los recuerdos de esos años son míos, y le escribo a la ausencia como si yo fuera el que ahora frotar la tabla de madera en el barreño,esta prueba de ayuda amis padres agrando mi vida los días desde hace dos años ya no son iguales y comprendí mejor lo del vivir el día a día, las mañanas tristes y las tardes alegres.el llanto de mi madre, es muchas veces, es el canto de un gorrión
Mi amigo me decía que no estamos preparados para esto y yo le daba mis razones poéticas,que yo soy herido de muchas guerra ,que ni la luna de sangre me rompe, y si me emociona,que las nubes que nos mojan nos viene bien.para
despertar nuestra rutina,para esta tarea no estamos preparados nunca, por que un día malo siempre es superado por un día''peor''pero aquí seguimos en esta tarde lenta de domingo de una primavera única con mariposas por llegar,viendo a los pájaros contentos, escuchando la voz de mi hermano que es la voz de mi corazón.
Hoy el cuidador experto termino su trabajo su cuidadoso esmero lo cerro con dos besos.
Ahora el ángel americano tomo el relevo y yo escribo este diario pesando, que esta carrera humanitaria de relevos nos agrandara el corazón, y que no ahí vida inclemente ni dolor de alma si no seguir aprendiendo de la vida que es la gran maestra del ser humano, lamia al menos.

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