viernes, 19 de abril de 2024

 Estepona de Verso en Pecho.

Salimos temprano en busca de la ciudad del verso, este día dulce de abril me levanté torpe con una sola "neurona" después de una noche interminable de insomnio, cogí el autobús de línea cuándo el Sol empezaba a calentar, el mediterráneo tan cercano invitaba a entonar una " Canco de Matinada " o una cante de " Bresol"
Por la mañana Rocío
al mediodía calor,
por la tarde los mosquitos,
Madre
no quiero ser labrador.
Como os decía me levanté con una neurona y solo salía de mí boca un Silbido,
Si me dan a elegir, entre el amor y la riqueza, me quedo contigo.
Hay amor, a lo lejos ya divisaba el despertar de Sierra Bermeja, el revolotear de los gorriones del mar, el conductor grito última parada Ayuntamiento de Estepona, una brisa fresca me abrazo la cara, me desperté con un aroma marinero, con mi mochila de " poeta " baje la avenida buscando el mar, la ciudad despertaba los "espeteros " preparaban la candela en una vieja Barca varada, el humo de los sarmientos se mezclaba con la brisa marina, y yo de nuevo me marchaba a mí infancia.
Subi callejeando por las estrechas calles, las casas despertaban con un aroma a geranios, un silencio bajaba por las empinadas calles, un paisano me dice que está brisa viene de arriba de Sierra Bermeja y que en primavera es gloria bendita.
Caminamos leyendo poemas, versos grabados en las paredes encaladas de una ciudad de Verso en Pecho, una ciudad que respira poemas, y yo poeta de guardia a esta hora sagrada de la siesta mientras leo al maestro Gerald Brenan, malagueño ilustré que nos agrandó esta tierra, doy gracias a la vida un día más por regalarme un " milagro " saborear estos pueblos de una belleza sin igual, nos vamos pero volveremos Estepona vendremos con versos nuevos, para renacer cada día en tus calles de geranios y luz.
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Antonio Hernandez Montoro, Fernando Meri Cucart y 4 personas más

 El huerto de Plauto

Reencuentro con la tierra.


Después de un mes sin estar en el huerto, cerramos el huerto de invierno en Marzo, un invierno tropical de casi de secano, dejamos la tierra descansar mi padre siempre decía, - Joselito la tierra tiene que descansar necesita oxígeno y reponer fuerzas necesita, las ortigas y a los jamargos, respirar, mí padre que no paraba nunca, siempre decía el labrador el hortelano son los esclavos de la tierra, el nunca se alejaba de su tierra, nunca viajó a ningún lugar, cuando salía de su casa era por algún motivo mayor, la muerte de sus seres queridos y poco mas, mi Madre renegaba y le pedía siempre a mi padre un viaje, fue la época en que empezaron los viajes del IMSERSO mí madre escuchaba a sus vecinas que contaban las maravillas y sentía envidia al final resignada " decía mí marido no puede abandonar el huerto" ella quería ir al norte ver las montañas verdes, las vacas pastando en sus laderas en libertad, ella era del secano mas duro y amaba el verde que solo lo vio en tv.
Hoy he vuelto pará preparar el huerto de verano, he abonado la tierra con estiércol de caballos y dispuesto a pasar la " mula mecánica" como recuerdo a mi padre el nunca tuvo una herramienta mecánica, la tierra la trabajo siempre con la azada o con el arado "romano" todo a pulmón.
Siempre que inició el ritual de la nueva cosecha me acuerdo de mis padres, el estiércol las, nuevas semillas, siento la emoción que sentían ellos, para mí es como un nuevo trimestre mejor dicho semestre, está mañana recogí las fresas que le encantaban a mí madre, ella siempre me decía,- Joselito si alguna vez tienes un huerto planta fresas, sus flores son preciosas y su fruto buenísimo, cuantos recuerdos en un día como hoy de inicio de cosecha, si es cierto los recuerdos me agrandan la vida.
Hoy recojo las semillas con la gata Negri de testigo, su paz me dará buena cosecha.
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Sofía Rodríguez García, Ana Comes Perello y 5 personas más

martes, 16 de abril de 2024

 ABRIL NACIONAL-322

MEMORIA DE ÚLTIMO VIAJE
(50 años de exilio, Decíamos ayer)


Hoy salí de viaje hacia el Sur, en primavera desde hace 50 años siempre voy al Sur.
Cuando el humo del incienso toma las calles de la ciudad perdida (Baeza) el poblachón moruno que decía el poeta “ yo sigo en mi poblachón moruno, sin esperanzas de salir de él, es decir, resignado, aunque no satisfecho”….así hablaba el bueno de Don Antonio Machado en sus primeros años en Baeza cuando el poeta trataba de salir del dolor y el duelo que le produjo la repentina muerte de su gran amor, la muerte de su esposa Leonor, mas tarde el poeta canto a la ciudad que le acogió de manera extraordinaria” Baeza soñare contigo cuando no te vea” ,esa ciudad perdida es la mía el lugar que me vio nacer.
En abril yo sigo preparando siempre mi equipaje con la emoción que nace en mí. al volver a los lugares de mi infancia.
Viajar en los años setenta por España era una odisea, pero viajar de Valencia a Baeza, era una aventura, ya os contare algunas de las peripecias que sufrí en los centenares de viajes que hice a mi tierra, el Sur estaba apenas 400 kilómetros que hoy parece un paseo, las carreteras de hoy y sobre todo los coches no tienen nada que ver, con los que teníamos hace cincuenta años y aun así hoy siguen siendo muy peligrosas, por cierto al final de los años ochenta, se inicio la construcción de la autovía Albacete Jaén, y aun está por terminar, yo soy uno de los muchos que qué sufren esas carreteras, esos proyectos interminables que yo no veré acabar nunca, me moriré antes de que terminen esa obra estoy seguro.
Estas ciudades magnificas que existen doy fe de ello he paseado por sus calles fantásticas, esas ciudades no tienen futuro son solo para los “quijotes Y Dulcineas que resisten” para los pocos que van quedando en una tierra olvidada, la despoblación continua y la migración por falta de expectativas de futuro sigue es imposible quedarse en la tierra que nos vio nacer, por muy hermoso que sea vivir en el lugar donde uno creció, no hay futuro, estas tierras no tienen futuro mientras sigan olvidadas por las distintas administraciones públicas, no hay futuro en mi tierra, es triste decirlo en pleno siglo veintiuno pero es una realidad patente y demostrable, mientras que los políticos solo se interesen por ellos cada cuatro años cuando llegan las elecciones y vienen en su coche oficial a pedir el voto de los paisanos.
Poco o nada ha hecho la política en 50 años por la Andalucía profunda que yo conozco, poco muy poco por este lugar del Sur donde yo nací, este es un ejemplo, al final de los años 70 se inicio la construcción de la autovía Jaén, Albacete que aún le falta 160 kilómetros por terminar o sea una tres tercera parte del recorrido, entre las dos ciudades vecinas Albacete, Jaén.
La ejecución de obras en la Andalucía profunda llevan otro ritmo la provincia de Jaén está olvidada, hay otras ciudades andaluzas que si han tenido mejor trato por la administración por los políticos de turno pero no es el caso de Jaén que a pesar del eslogan Paraíso Interior, sigue olvidada, que pena que Jaén no tenga playa por qué es lo único que le interesa a los políticos de ahora una ciudad con playa que pena que solo si hay playa hay “futuro” el falso futuro de sol y playa y que tanto gusta a los políticos.
En fin hoy he vuelto a Valencia por la carretera nacional (N-322) por cierto la carretera llamada de la muerte, hace algunos años que tenía un índice altísimo de muertos en accidentes de tráfico, he vuelto y al cambiar de comunidad he notado como cambia el asfalto que no la carretera, hoy he pasado por ALCARAZ el lugar donde nació el maestro Vandelvira arquitecto y cantero, hoy he recordado una vez mas siempre que paso por este lugar me acuerdo de uno de los más grandes hombres del renacimiento Español que tanto hizo por mi ciudad Baeza.
He recordado otra vez aquel año 1973, hace ahora 50 años, cuando en la trasera de aquel camión de estiércol mi hermano y yo abrazados ,nos escapábamos del Sur, como refugiados de una guerra, hasta pronto Baeza.
JOSE MONTORO


EL HUERTO DE PLAUTO


 Después de unos meses que el calendario marca como invierno o primavera, en el huerto de Plauto el cambió climático ya hecho raíces días calurosos y noches tropicales, nos acompañan en esta primavera huérfana de lluvia casi vamos a cumplir un año de sequía, un año de temperaturas altísimas, el agua escasea los acuíferos cada más secos, él agua de los pozos cada vez más escasa y cada vez más profunda.

Mi padre mimaba el agua la recogíamos en el Pilar, dé las tres fuentes y la llevábamos al olivar en cántaros de arcilla y regábamos con mimo, el agua Joselito es la vida así me lo decía mi padre, el agua para un labrador de secano es un tesoro, hoy he recordado a mí padre acabó de cerrar la llave del riego y es mí padre el que ahora me abraza está en mi huerto de Plauto diciéndome deja las hojas de las habas para que sirvan de nutrientes para la tierra deja qué los esqueletos de las habas sirvan para refrescar la tierra, deja descansar la tierra Joselito pronto plantaremos el huerto de verano y esperemos que alguna borrasca de Mayo se pierda en el huerto de Plauto.

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Paqui Rodríguez, Ana Isabel Sanz y 1 persona más

             Tánger ( la puerta blanca de África. )

Madrugamos para coger el Ferris, el barco que nos lleva al país vecino Marruecos, por cierto que cerca están nuestros vecinos apenas 14 kilómetros, y que de espaldas vivimos a ellos, que poca empatía tenemos con las gentes de Marruecos no me sorprende, nos pasa lo mismo con Portugal por poner un ejemplo.
Salimos temprano por miedo a la frontera, cuánto miedo producen las fronteras, las fronteras y las banderas siempre me dan escalofríos, el sol empezaba a caer sobre un Mediterráneo rizado, tomamos el primer cafe en Tarifa la ciudad de los volaos, preciosa tierra de viento y espuma, y despues de unos tramites farragosos con guardia civil, y policia Marroquí cruzamos el estrecho, la biodramina calmo mis mareos, mí cuerpo lleva, muy mal los bamboleos del mar.
Bajamos del barco y pisamos África por primera vez en mi vida, la emoción nos agrandó el corazón, me dieron ganas de hacer como el papá de Roma arrodillarme y besar la tierra, no lo hice pero si abrace a Munir, mi guía en Tánger mi Ángel laico para estos días en África venía guapísimo con su vestimenta Bereber de gala, le pregunte si siempre iba así de elegante, y me respondió que no que hoy era fiesta nacional que termino el ramadan, y que hoy era obligado ir elegante y estrenar zapatos, me enseñó sus babuchas azules guapísimas, estábamos delante del Kasbah y desde este lugar iniciamos nuestra visita a la ciudad, la brisa del océano nos llevaba hacia la Medina, las puertas de África se abrían con un olor a especias, recordé a mi madre que adoraba las especias en especial el azafrán, la maestra de las flores que es mi madre sería muy feliz en esta ciudad, la recorde y le conte a Munir lo feliz que ella seria en el zoco chico, donde comimos, un cuscús extraordinario, despues callejeamos por una ciudad en fiesta, las ciudades en fiesta no se suelen ajustar a la realidad, y nosotros queremos saber como viven los y las marroquíes Munir nos sugiere que disfrutemos las fiestas, que saboreamos un buen té con hierbabuena, en el café Central y que mañana ya tendremos tiempo, en el café no hay mujeres Marroquíes, le pregunto a nuestro guía y al oído me dice mañana te lo explico José y con esa duda nos fuimos a dormir bajo el amparo de la luna de Tánger, embriagados de emociones.
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