martes, 13 de abril de 2021

 

ABRIL EN “TABARKA “ (en tiempos de pandemia)

 

                 Seguro que os suena ese nombre,  seguro que más de uno conocéis ese fantástico lugar muy abandonado por cierto por el gobierno valenciano en el entorno cuando camias por su territorio se siente esa desidia de las administraciones que cuidan poco su patrimonio cultural, su historia quizás es que eso de pocos votos seis con se mueve nuestra clase política a golpe de encuesta y en permanente proceso electoral es penoso que estén tan lejos de la realidad, ayer caminando por Tabarca sentí como me pasa otras veces en otros lugares de nuestra península Ibérica desde que estamos en pandemia con el País Valenciano perimetrado,  decidí caminar  por las calles de mi país valenciano leyendo las “ páginas de las ciudades con los pies”, recorriendo  mi tierra paso a paso, como decía mi buen amigo Quintín Cabrera, fui al lugar que en su día eligió San Pablo  para su descanso.

  Yo sin saber porque con menos firmeza seguro que San PABLO, decidí dejarme llevar donde mis intuiciones decidan y hoy decidieron embarcarme en una isla cercana, y coincido con San Pablo en su decisión de ir a TABARCA, este es un lugar para la meditación y el descanso, para alimentar la soledad con belleza y serenidad, a pesar del vendaval de viento que hoy recorre las tres calles de esta Isla, este es un lugar de paz.

                 Llegue a tierra Tabarquinas  destrozado, como si un elefante hubiera estado un rato jugando con mi cuerpo,  los ocho kilómetros  que me separaban de la isla desde otro lugar  santo (SANTA POLA) con un temporal  para mí angustioso, el trayecto se me hizo interminables, en este viejo barquito de vela que penetraba en las aguas como un niño entra en “la boca de una ballena” el barquito temblaba, su esqueleto, crujía como me crujen a mi los huesos, después de mas de sesenta años de uso, al capitán del velero le pregunte esto es temporal y respondió; - que va apenas son unas “olas rizadas” decía el maestro de abordo con una sonrisa, a mí me pareció una tempestad una galerna, he de decir que mi relación con el mar solo es solo bucólica,  muy poco física, confieso que él mar y yo no nos llevamos bien por otros incidentes  mas lejanos que tuvimos  hace tiempo y que otro día contare, la mar como dicen los marineros no es mi elemento, yo soy un “ pez de tierra dentro”.

                Llegue a Tabarca con poco equipaje,  casi como un turista con apenas información de lo que es este lugar del mediterráneo, tan cercano a mí geográficamente,  y sin embargo tan desconocido para mí, después de pedir información en los lugares de turismo de la zona apenas me informaron, poca información hay de la isla en turismo, me hablaron de los menús típicos de la zona y de los restaurantes de la isla,  en qué lugar podía dormir, en el único por cierto que estaba abierto, con tan falta de información tire de la  Wikipedia, que es lo más socorrido y en este caso casi lo más riguroso, y con la poca información que tenía ya era como de la familia en este pueblo de tres calles y 60 habitantes la única isla “ Española libre de COVID” eso me dijo un paisano de la zona con una sonrisa en sus labios, visto el abandonó que me encontré en la isla, pregunte al camarero que me puse el menú de la casa por cierto una fideuá muy rica que recomiendo, le pregunte cual era la razón y me dijo que estaban olvidados, y ahora con la pandemia más, ( el camarero que es de la VILAJOYOSA venia cada día desde Alicante en una lancha neumática, cada día), es esperpéntico 22 kilómetros de  ida  y otros tantos de vuelta para ir a trabajar a Tabarca, surrealista en pleno siglo veintiuno, un empleado del restaurante me dijo que en verano las casas en la isla está prohibido sus precio son abusivos, son precios astronómicos más que en Ibiza me decía otro  riendo, me acorde de la España Vaciada  y de lo que sé ha convertido este país en un parque de atracciones mal cuidado, este lugar del mediterráneo recibe 150.000 turistas en verano, 230.000 al año una de las muchas aberraciones que conocemos en este país, una sobre explotación barbará del turismo. Para colmo sin cuidar ¿la gallina de los huevos de oro que nadie le da de comer, solo cogen sus huevos? Insólito, no quiero entrar en detalles de todo lo mejorable en la isla por que necesitaría un “ VADEMECUN “ medico, a si  que he decidido hacerle caso a mí terapeuta que me ha recetado, no enfadarme con nadie para remedio de mis males del alma, no enfadarme con nadie y con nada, y pensando en ella he salido a disfrutar del paisaje que a pesar de la desidia de los administradores, es fantástico de una belleza inigualable, me he tumbado en la hierba frente al faro que avisaba a los marineros, al sol de Abril, y aquí estoy releyendo a Rafael ALBERTI , “ Marinero en tierra” que lo tengo de deberes en mi clase de Polimnia, sabía mi profesora que decidió que yo releyera este poemario en estas fechas de abril, y aquí estoy tumbado, bajo este sol primaveral, casi como un “ turista” un forastero de mi país. Si alguna vez queréis ir a un lugar cercano, especialmente en primavera tenerlo presente se llama Tabarca, y es un paraíso de mi país Valenciano.

 

 JOSE MONTORO TABARCA ABRIL 2021.

 

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