Diario de un cuidador..A mi madre como ami no nos gusta los domingos por la tarde, ella apenas sabe en que día de la semana vive,pero el domingo por la tarde si lo distingue,cuando me ve que empiezo a recoger los libros, que duermen en el sofá con las alas abiertas tumbados, los poemarios parecen gaviotas, que despiden la tarde, en la orilla de la playa.
Este cuidador inexpertos recoge su ligero equipaje, que apenas cabe en una mochila. Después de lavar a mi madre, y recoger sus ultimas lagrimas,ella humildemente y murmurando me dice cuanta guerra te doy joselito,yo le pido por favor que no llore y le recuerdo los minutos vividos uno a uno, en dos días. La felicidad es como un plato de porcelana, hay que disfrutarla por que en cualquier momento se rompe,y la felicidad esta en una caricia en un recuerdo, en una risa,me decía esta mañana, te acuerdas joselito cuando el ''Alican'' que así se llamaba el perro de DIEGO te bajaba los pantalones,y como no recordarlo fue mi pesadilla ese cachorro que le encantaba perseguirme, desde entonces mi terror a los perros que hoy aun no supere.
Cuando bajo las escaleras de su modesto piso los domingos por la tarde siento un vació, parece como si me despidiera para siempre,y bajo con una obsesión en mi cabeza,llegare yo a cumplir ochenta años, quien me pondrá los malditos paquetes, como sera mi vejez a la que me acerco lentamente cada domingo por la tarde, en la calle miro el balcón donde por la noche soy el centinela de la luna, se mueven los brazos del bebe de olivo que juntos criamos mi madre y yo.
Pasa la vida, los domingos por la tarde,son horas lentas, de un fin de semana para ''enmarcar'' pasa la vida mi madre me dice que se le fueron las ilusiones,y yo no se que decirle, solo puedo darle un beso,y decirle que no la olvidare ningún día, que me armare de estrategias para seguir haciendo le soñar.
Para que el plato de porcelana fina no se rompa nunca, por que se romperá la felicidad.
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