viernes, 6 de septiembre de 2024

 

El gato de Plauto 
 
 
 
La fauna del huerto de Plauto es muy extensa, tienen su propia república, aunque he de decir que cada miembro de este estado terrenal, va a lo suyo el territorio es compartido pero cada uno tiene su espacio, ellos tienen sus propias leyes aprobadas en asamblea, leyes que no cumplen, casi nunca por ejemplo está prohibido cantar a la hora de la siesta del canónigo,o del cordero como queráis llamarla, pero las cigarras la incumplen de una manera fragante, en verano cantan desternillante, gritan al sol en un coro insoportable, las tórtolas zurean saltándose la ley que dice que a las la horas de la meditación, se tiene que guardar un riguroso silencio, hasta el viento se mantiene en silencio en ese tiempo sagrado.
El silencio es el Dios del huerto de Plauto se puede laborar la tierra pero sin romper la partitura que marca el trabajo de la tierra, el silencio es la ley mas sagrada en la república faunística del huerto, las lagartijas se deslizan en verano en silenció, e invernan también en riguroso silencio en los meses fríos que ya casi no quedan, solo en la pandemia se respetaron las estaciones en el huerto de Plauto, los caracoles y las hormigas laboran y duermen en puro silencio son de los pocos habitantes que respetan el silencio en la tierra, aunque el mes pasado se amonestó a un caracol que en estado ebrio le dio por cantar rancheras en la hora de la siesta, no paraba decantar cielito lindo de manera gangosa, hay problemas en el huerto con la fauna a las gallinas les ha dado por publicitar su página wwwet a fuerza de cacareos, y el gallo desde que tuvo ese ataque de ansiedad no quiere salir de la madriguera de los conejos.
Hoy decidí por fin hablar con el gato Cicerón que es uno de los sabios de la fauna del huerto de Plauto uno de los viejos republicanos que siempre fue muy sensibles a las normas de la república, un gato sensato al que por cierto quería contarle que el últimamente los gatos, los felinos del huerto que están a sus órdenes ya no cazan ratones, ni topillos, ahora comen tomates cherry, y fresas, me he acercado al salo de Cicerón para hablar con el, y lo he visto degustando una sandía roja, el huerto de Plauto no tiene remedio la república se va al carajo, el realismo ya no es ni siquiera mágico.

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