miércoles, 22 de noviembre de 2023

 Diario de un cuidador inexperto

Mi madre hoy me a insistido que tengo que llamar al talabartero, hacia tiempo que no escuchaba esa palabra, me dice que ella antes podía coser, la albarda del mulo, pero que ya no tiene fuerza en las manos, yo le dije que si, siempre le digo que si, ahora que recuerdo creo que pocas veces le dije que no a mí de echo no recuerdo ninguna, y menos desde que ella enfermo, para decir que no ya estaba mi padre, mi padre llevo mal la enfermedad de mi madre, es terrible que la mujer con la que has compartido tu vida, no te reconozca no recuerde tu nombre, el Alzheimer es terrible no tengo palabras, el dolor es incalculable, nadie esta preparado para vivir con esa enfermedad tan terrible, no tengo palabras, fueron dos años muy difíciles para toda la familia en especial para mi padre, pero esta tarde que mi madre pregunto por un talabartero mi padre sonrió, hacia mucho tiempo que mi padre no reía.
Hoy mí madre me dice que el mejor talabartero esta en Baeza, ella quiere que le ponga una piel de borrego a la mecedora, ahora que llega el invierno, quiere sentarse en su mecedora con su toquilla y necesita el calor de la lana en su espalda, hoy me ha vuelto ha insistir también, en que tengo que comprar siscin para el brasero.
Cuando nos hacemos mayores echamos de menos los pequeños placeres una charla en mesa camilla, eso es la verdadera felicidad.

Ella me pregunta ahora por el afilador, que remendaba, todo su escaso ajuar, desde una sartenes, hasta afilar las tijeras.
Mi madre al final de sus días hecha de menos su pueblo, ahora esta dormida y en sueños la oigo decir Joselito cuando llegamos a Baeza.

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