jueves, 27 de febrero de 2025

 

Las patatas en el huerto de Plauto 
 
 
 
Las patatas nunca se dieron bien en el huerto de Plauto, este año es el tercer intento, la verdad que las plante con poca fe, mi primera experiencia con la siembra de patatas fue en el desaparecido huerto de mi padre en la Torre como os conté la Dana, arrasó con todo se llevó la hoguera los olivos, y hasta los muros de las acequias, yo comencé mí primera aventura de hortelanos plantando patatas en la Torre, aquella mi primera aventura con la tierra fue un desastre, a pesar de tener el labrador de más aire mi padre que me quería a esperar, yo quería que la cosecha fuera exclusivamente mía, no quería su ayuda mi amor propio y mí ego me jugaron una mala pasada, hice unos caballones desastrosos, pequeños y con más curvas que la carretera del Jardín (Albacete) cuando hicimos el primer riego se fue todo al carajo, aquel año jure no tener otra aventura con la huerta, las patatas hundieron mis ilusiones de hortelano, pero uno nunca debe de pronunciar la palabra jamás.
Hace cuatro años empecé una nueva aventura con la huerta, en el huerto de Plauto o del Perigall, desde luego me negué a plantar patatas, y hacer caballones pero mí trauma con las patatas no lo conocían mis amigos, y yo tengo amigos que me regalan planter de patatas, el año pasado mi amigo Toni Andres me regaló planter de patatas Bolivianas, las plante, y ni una patata, crecieron las plantas muy originales, muy bonitas muy Bolivianas parecían un traje regional, típico de la ciudad de la Paz, insisto plantas muy altas de casi un metro, nada que ver con las patatas normales, y lo dicho ni un solo tubérculo en la tierra, cuándo la azada derribó "esos árboles" solo encontré raíces, hoy mi amigo y compañero de huerto Manuel que es un Ángel me regaló planter de patatas, y me recomendó hacer caballones, yo no le conté mis traumas con las patatas y con los caballones, planté los tubérculos con muy poca fe, me encomendé a Plauto, y por fin las plante, tal vez la Angelical fé de mi amigo Manuel me he he una mano, tengo poca fe, y como a menudo me dice mi suegra que sea lo que Dios quiera, a lo mejor a la tercera va la vencida y dentro de tres meses recogemos patatas, será un milagro.

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