El Toboso
Cuna de amor (1)
Llegamos al Toboso en domingo después de caminar por campo de Criptana. Abandonamos los "gigantes" con los que Don Quijote tubo sus no batallas, porque, el miedo, la injusticia, y la ignorancia , esos tres gigantes que se suponía que estaban de manera real en la escritura de Cervantes, no eran así de cierto, y para qué no se haga largo este relató nos amparamos en el criterio del profesor de la universidad de Salamanca , Javier San José de Lera que dice que para el Quijote "los molinos son gigantes, gigantes de novela de caballería no amenazas abstracta," pero cómo volveremos a Campo de Criptana, porque prometemos volver, la magia, el placer de tomar un vino y una cuña de queso curado en aceite de virgen en una terraza cercana a los 11 molinos qué coronan el campo de Criptana merecen siempre una visita, tener en nuestras retinas la imagen idílica de este paisaje inigualable merece siempre un regresó.
Llegamos tarde al Toboso y apresurados fuimos a ver la casa de Dulcinea, los domingos cierra a las dos de la tarde, tiene aforo limitado, y en fechas de enamorados estaba muy concurrida, la casa museo muy bien conservada es un buen sitio para irnos al pasado y caminar por sus estancias de la mano de Dulcinea del Toboso si creéis en la ficción, si sois muy realistas,entonces quedaros con Aldonza Lorenzo, la mujer que "se creía princesa, tenia cuarenta años y la cara picada de viruela, era hija de aldeanos, de una familia de labradores, que trabajaban la tierra de sol, a sol, ella se imaginaba joven, y muy bella y su enamorado era un tal don Quijote de la Mancha" la casa museo me encantó y prometí volver lo haremos, en otra de nuestras rutas del Quijote.
Está es la novena vez que hacemos la ruta del Quijote, siempre acabamos en el Toboso, prometo que la décima la iniciaremos aquí en el Toboso, en la Cuna del amor, en la casa de Dulcinea, salimos de la casa y callejeamos por el pueblo que para mí es una noble Villa, la plaza la preside la iglesia de San Antonio Abad, aquí nos encontramos a el Quijote a los pies de Dulcinea junto a la iglesia recordamos la celebre frase de Don Quijote a Sancho con " la iglesia hemos tocado querido Sancho " la frase, que todos conocéis, a estas horas, nuestro cuerpo empieza a rugir por dentro, no se, si por la entrañas o por las tripas, vamos que tengo hambre, tenemos reservada una mesa en la Posada Dulcinea, nos esperan unos duelos y quebrantos, juntó a unas migas, pisto, y desatasca burras, a y una caldereta de cordero de la tierra, hoy Sancho va comer bien, a la tarde nos esperan las Trinitarias, pero eso ya será otra historia, lo primero es lo primero, y ya sabéis, a buen hambre no hay pan duro.
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