lunes, 12 de agosto de 2024

 

Lágrimas de San Lorenzo, en el huerto de Plauto.
 
 
 
 
Hoy se cumple mi tercer año de hortelano, este curso que empezara muy pronto en septiembre, iniciaré mi revalidad, inicie está aventura con la tierra nada más jubilarme, mi padre me decía Joselito cuando te jubiles cógete un trozo de tierra y trabajala, cuídala no te arrepentirás.
Mí relación con la tierra se inicio de muy niño, con apenas diez años mi padre me enseñó a plantar un olivo, yo tuve mi primer árbol en el Sur en la tierra de las tres fuentes, muy cerca del agua gallega ,en ese lugar llenábamos los cántaros de agua y regábamos aquellas estaquillas, era como un biberón que un niño le daba a aquellas hojas verdes, después de casi 55 años aquellas estacas de tres pies, todavía me reconocen todos los años bajo a ver aquel olivo cano que planté con la ayuda de mi padre, y acaricio sus alas y hablamos de la vida, yo sigo hablando con los árboles y con las plantas, eso lo aprendí de mi madre ella tenía largas conversaciones con sus macetas, con el jazmín, los geranios y sobre todo con los claveles.
Cuándo inicie está aventura de hortelano urbano, sentí la emoción de plantar unas semillas, y en apenas un mes ver salir de la Tierra un milagro, de unas menudas, diminutas semillas crecen unos troncos sarmentosos que en apenas dos meses son casi de mí altura, son las tomateras, planta que hay que leer desde que nacen hasta que dejan de dar fruto.
Hoy diez de agosto es un día especial para mí es San Lorenzo, recuerdo que este día mi padre nos bajaba al melonar de Rascaviejas en Baeza, nos sentábamos juntos a la alberca y esperábamos que se hiciera noche cerrada, para contemplar las lágrimas de San Lorenzo, esas noches de Verano el día de San Lorenzo no la olvidaré jamas, mi padre, mi hermano y yo contemplando el cielo tan alto del Sur.
Hoy hablé con mis tomateras, le pedí perdón porque tenía que arrancarlas, no sé si les hice mucho daño, pero si que escuché algún gritó era el final de una cosecha extraordinaria, y las plantas servirán de compostera para que nazcan nuevas flores, escogí este día tan simbólico para mí, porque durante tantos años la lluvia de estrellas, las lagrimas de San Lorenzo agrandaron mi vida, desde el Sur hasta el huerto de Plauto la lluvia de estrellas serán el conjuró para renacer, en pie de paz con toda la gente buena que un verano más, esta noche contemplaran conmigo las la lágrimas de la esperanza.
El renacer continuo que vive el la compostera de la memoria y los recuerdos.

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