miércoles, 28 de agosto de 2024

 

Gregorio Prieto (1)
Valdepeñas
El Sur en verano es un carrusel de emociones, mí sur comienza siempre en el País Valenciano cruzar los campos de Utiel Requena, ver las viñas preparadas para la vendimia, un mar de pámpanas y racimos sobre la tierra impacientes esperando ser fruto en septiembre, el sur esta en un viejo cartel que dice linea ferroviaria Utiel Baeza, una utopía que estuvo a punto de realizarse.
Cruzamos el pantano de Contreras se mi vacío, la eterna sequedad que nos deja sin agua, y casi sin esperanzas.
La Mancha nos inunda de emociones un mar amarillo casi blanco en el horizonte, el sol que ya tan alto nos deslumbra, bajamos por carreteras secundarias, siempre para viajar para conocer, recomendamos caminos, veredas, carreteras secundarias, viajamos buscando los gigantes de Cervantes, llegamos a los campos de Montiel, y en la puerta de la cueva de los Montesinos prometimos volver en Otoño, hoy teníamos un destino nos esperaba el arte de un hombre del renacimiento, un pintor del 27 amigo de Lorca, Cernuda, Alberti, Gregorio Prieto nos esperaba en Valdepeñas, el mismo día que asesinaron a Federico García Lorca.
Paramos a comer en Villanueva de los infantes y brindamos con Quevedo por la poesía, con un vino de la tierra, un vino de la Manchuela que compramos en una bodega familiar.
Llegamos a Valdepeñas bajo un Sol abrasador 35 grados marca el termómetro de la plaza Mayor, fantástica plaza Manchega, el rumor del agua de una fuente que es un Oasis, un café del tiempo nos acompaño en la espera, antes de visitar el templó de Gregorio Prieto que nos esperaba en la calle de la Unión llegamos a la puerta del museo una casona gigante convertida en templo del arte, la catedral de Gregorio Prieto poeta, pintor, fotógrafo, hombre del renacimiento que nos espera para enseñarnos su casa, su fantástica casa de Valdepeñas.

lunes, 26 de agosto de 2024

 

Félix Grande -Paca Aguirre
 
 
Desde hace unos años,mis viajes al Sur tienen un lugar muy simbólico, muy poético, el cementerio de Tomelloso es el lugar,nunca un cementerio tuvo tanta vida como lo tiene para mi el lugar donde reposan,dos de los seres mas extraordinarios que he tenido la suerte de conocer, Félix y Paca Aguirre un matrimonio poético,que hicieron de su vidas( que no fueron fáciles) su casa era la casa de tod@s y especialmente la de la poesía la música,el arte los libros y las comidas de una cocinera excepcional como era Paca Aguirre cocinaba como escribía con el corazón,en esta casa siempre abierta se escuchaba la guitarra,que en las manos de un extraordinario poeta como lo es Félix Grande solo podían emerger versos,hoy delante se su memoria,mi cuerpo se estremece y recuerdo a Paca que siempre decía no quiero llantos,ya lo lloro todo ella cuando el franquismo asesino a su padre el gran pintor Lorenzo Aguirre.
Hoy poetas no traigo flores,llevo en mis manos una ramita de olivo de Magina recién cogida y un puñado de tierra de Baeza donde nació tu madre Paca,y donde don Antonio Machado lloro a Leonor,esta tierra tiene duelo,y también muchos caminos,los de la tarde y los caminos que los poetas hicimos al andar,a golpe de palabras de versos que agrandaron nuestras vidas,amor y supervivencia.
El sentido de la vida que también esta en los recuerdos hoy que vuelvo a entrar en vuestras vidas,en vuestras casa abierta siempre,hoy el tiempo no tiene medida y solo por amor estoy aquí,por todo el amor que me regalasteis en unos años fantásticos donde la claridad la luz,  vuestra amistad hicieron en mi memoria un tesoro, gracias poetas por tanto amor.

lunes, 12 de agosto de 2024

 

Lágrimas de San Lorenzo, en el huerto de Plauto.
 
 
 
 
Hoy se cumple mi tercer año de hortelano, este curso que empezara muy pronto en septiembre, iniciaré mi revalidad, inicie está aventura con la tierra nada más jubilarme, mi padre me decía Joselito cuando te jubiles cógete un trozo de tierra y trabajala, cuídala no te arrepentirás.
Mí relación con la tierra se inicio de muy niño, con apenas diez años mi padre me enseñó a plantar un olivo, yo tuve mi primer árbol en el Sur en la tierra de las tres fuentes, muy cerca del agua gallega ,en ese lugar llenábamos los cántaros de agua y regábamos aquellas estaquillas, era como un biberón que un niño le daba a aquellas hojas verdes, después de casi 55 años aquellas estacas de tres pies, todavía me reconocen todos los años bajo a ver aquel olivo cano que planté con la ayuda de mi padre, y acaricio sus alas y hablamos de la vida, yo sigo hablando con los árboles y con las plantas, eso lo aprendí de mi madre ella tenía largas conversaciones con sus macetas, con el jazmín, los geranios y sobre todo con los claveles.
Cuándo inicie está aventura de hortelano urbano, sentí la emoción de plantar unas semillas, y en apenas un mes ver salir de la Tierra un milagro, de unas menudas, diminutas semillas crecen unos troncos sarmentosos que en apenas dos meses son casi de mí altura, son las tomateras, planta que hay que leer desde que nacen hasta que dejan de dar fruto.
Hoy diez de agosto es un día especial para mí es San Lorenzo, recuerdo que este día mi padre nos bajaba al melonar de Rascaviejas en Baeza, nos sentábamos juntos a la alberca y esperábamos que se hiciera noche cerrada, para contemplar las lágrimas de San Lorenzo, esas noches de Verano el día de San Lorenzo no la olvidaré jamas, mi padre, mi hermano y yo contemplando el cielo tan alto del Sur.
Hoy hablé con mis tomateras, le pedí perdón porque tenía que arrancarlas, no sé si les hice mucho daño, pero si que escuché algún gritó era el final de una cosecha extraordinaria, y las plantas servirán de compostera para que nazcan nuevas flores, escogí este día tan simbólico para mí, porque durante tantos años la lluvia de estrellas, las lagrimas de San Lorenzo agrandaron mi vida, desde el Sur hasta el huerto de Plauto la lluvia de estrellas serán el conjuró para renacer, en pie de paz con toda la gente buena que un verano más, esta noche contemplaran conmigo las la lágrimas de la esperanza.
El renacer continuo que vive el la compostera de la memoria y los recuerdos.

jueves, 8 de agosto de 2024

 



 
Mi felicidad es un paseo.
 
 
Hace ya algún tiempo, repasando mi diario de los agradecimientos, encontré que una de las actividades que más feliz me hacen son mis paseos matinales por mi ciudad, o mejor dicho por las ciudades que vivo o que visito, no hay nada más hermoso que caminar por las ciudades por el campo, cuando acaba de amanecer, sentir la brisa en verano, el frió en mi cara en invierno que lastima que el cambio climático nos robará dos estaciones, la primavera y el otoño ahora a lo máximo tenemos veroño, y la primera y el invierno son casi lo mismo, días dulces pero sin lluvia y sin lluvias no hay estaciones.
Hoy he salido a caminar por Valencia para cumplir con mi compromiso con la felicidad, la madre felicidad no te cae del cielo cada amanecer por bellos que sean los amaneceres hay que salir a buscarlos, ha caminar sus veredas, sus orillas de rocío, la felicidad se trabaja que duda cabe y pocas veces te llegará tumbado en el sofá mirando el móvil, con la tele encendida, la felicidad se trabaja y no cuesta dinero, no hay pastillas para la felicidad, pero si hay recetas, y yo hace tiempo me recete caminar en soledad o acompañado, pero mejor en soledad hablando solo, como decía el poeta, quien habla solo, habla con el dios de la naturaleza, yo soy un poco raro, y o quizás no, yo hablo con los arboles, con todos los árboles solidarios, hablo con los pájaros, con todos los seres vivos que aunque parezcan que no hablan su banda sonora es la más hermosa, las alamedas siempre cantan.
Hoy no hizo el paseo solo fue una caminata muy especial, una senda con Elisabeth que es una flor nueva, un ser maravilloso que ha llegado al mundo, para agrandarnos la vida a mí familia.
Hoy con su imagen en mi memoria salí a caminar, y hablé con ella, mí primer paseó con una flor de luz, con ella llegué al jardín y vi su cara en la luz que traspasa el corazón del olivo, el árbol cano que me da los buenos días, luego vi la gran fuente de la música, y en su arco iris estaba, está flor nueva seguí caminando por el paseo de los poetas cantando los versos de palabras para Julia del bueno de José Agustín Goytisolo, tentado estuve de abrir la cárcel de los pájaros, la jaula que tengo en mi pecho llena de trinos, y de pájaros presos.
Bajé por la vereda buscando las alamedas para caminar como en el teatro, en unos en dos, a lo máximo por qué no tengo prisa, contemple como las gotas del roció se deslizan por los tréboles hacia la hierba, como caen lentamente las gotas de agua a la tierra, camine con la luz de Elisabeth, y llegué a las alamedas del amor, hay si camine en uno, camine despacio por el teatro más hermoso de la vida, y trabajé mi Felicidad abrazando un olmo del Turia, si lo confieso fui feliz, soy un ser feliz, amando la naturaleza y trabajando por ella, hoy con mas luz, en soledad con toda la grandeza qué da una flor nueva, con todas las razones que me da la vida, trabajando la felicidad en un paseo de matinada.

miércoles, 7 de agosto de 2024

 

El trueque en el huerto de Plauto 
 
 
El trueque fue durante la posguerra la herramienta para sobrevivir al hambre, junto al estraperlo fueron las únicas herramientas que le quedaron a mí familia para resistir los hachazos que daba el hambre.
Mí abuela era catedrática del estraperlo caminaba casi 20 kilómetros, bajaba de la loma a la estación Baeza para cambiar aceite por dinero, o por penicilina, que también estaba en el catálogo de lo prohibido, ella con otras mujeres al amanecer bajaban con mucho miedo, pero con la conciencia clara que la única manera de sacar a sus hijos adelante, era jugándose la vida para tratar de curar las heridas que les daba el hambre, caminaban a campo a través durante horas, luego agazapadas en la estación esperaban horas que llegará el tren sin guardia civil, para poder hacer el intercambio, muchos días volvían sin nada, otros días la pareja de la guardia civil les arrebataban la mercancía, fue durisima esa posguerra que no terminaba nunca.
El trueque estaba en mi infancia, yo cambiaba los pellejos de los conejos que mi madre mataba, conejos que eran del médico donde mi madre " servía " las pieles las dejábamos secar en las paredes del corral, y cuando pasaba el garbancero las cambiamos por un cubilete de garbanzos tostados,
Podría contaros mil historias de trueque por qué yo crecí con esa mágica manera de intercambió.
Cuándo comenze mi aventura de hortelano volví al trueque, en mi primera cosecha que fue muy pobre, pude intercambiar poco, recibí mucho de mis compañeros de huerto, ahora en el tercer cursó de huerto más que intercambiar nos regalamos entre los hortelanos nuestra cosecha, yo te regalo un melón y tú me das dos berenjenas ralladas, yo te paso fresas, y tú me das pimientos rojos para asarlos, en fin todo un mundo de intercambios entre compañeros de emociones.
Yo regalo los frutos del huerto de Plauto a mis vecinos, y ellos están encantados de que les traiga el huerto a la ciudad, el campo que decía mi padre, les traigo mi pequeño trozo de tierra a sus vidas, todos me preguntan como me va el huerto, nunca he socializado tanto, nunca había hablado tanto con mis vecinos la tierra a abierto puertas que estaban cerradas.
Hace un año mi vecina Victoria que va a cumplir 90 años me dijo José estoy cansada de que me des hortalizas tomates, todos los frutos de tu huerto,me da vergüenza no darte nada, José vamos hacer trueque, tu me das los productos de tu huerto, y yo te pasó lo que yo hago en la cocina, desde ese día soy el más feliz del mundo, el trueque ha traído a mi paladar, las mejores croquetas, los pepitos, el pisto , la cocina Manchega que ella trabaja como nadie.
El trueque a traído un intercambio de amor con mis vecinos, que duda cabe que el intercambio nos agranda la vida, la tierra es una poderosa razón de amor que abre puertas, que nos acerca a nuestras raíces a nuestra esencia de humanos, de seres que no debemos poner puertas al campo.
Ahora saboreó unas concretas de cocido, y mi vecina, disfruta con unos tomates valencianos, es bella la vida.