martes, 25 de enero de 2022

 

VERSOS DE UN POETA PRECARIO

 

 

ALZHEIMER

 

 

Mi padre era un hombre

 de otra época.

Amo en silencio.

 

Vivió anclado al pecho

de un alma fuerte,

de una flor enamorada.

 

Fue feliz, un hombre

feliz. Áspero como

las arrugas de la piel del olivo.

 

  Su vida se sustentaba

amarrado a las sarmentosas

manos de una amapola.

 

Pasaron los años juntos

entre, la tempestad, y el hambre,

arraigados a la poderosa raíz

 del cariño.

 

Un día mi padre, cogió mi mano

Y me dijo, llorando, tu madre

no sabe cómo me llamo.

 

Desde ese momento él supo

que solo tenía un trabajo,

amar, querer, sujetar su mano.

Las sarmentosas manos

de mi madre, nunca estuvieron

solas.

 

El ya no era nadie, sin ella,

apenas un olivo seco, muerto en vida.

aferrado a la febril y salobre nada.

 

Resistió, hasta que un día

de marzo, la amapola

dejo de respirar.

 

Un día me dijo, si alguna vez

no se tu nombre hijo,

cógeme la mano.

 

Y aquí estoy abrazando

 una flor enamorada.

 Apretando las manos,

 de mi padre, que se fueron

con un alma fuerte.

 

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