lunes, 18 de marzo de 2024

 El huerto de Plauto

Las alcachofas. ( metáfora de la vida )


Hoy mientras la ciudad huele a pólvora, y los monumentos falleros, estrenan su efímera vida, esperando la nit del foc, el fuego fatuo qué cada año renueva nuestras esperanzas. En el ágora dos palomas disputan la gloria bajo la luz de un Mediterráneo, un mar de vida y de muerte también, un Mar que los políticos hicieron frontera y cementerio, muchos seres inocentes, mujeres niños que luchan por tener una vida más justa dejaron su vida en las entrañas de un mar que nos acoge.
Hoy en el huerto de Plauto no hay tragedia ni comedia, solo un día azul pleno de luz que nos invita a airear la Tierra
Hoy es un día para agradecer y pará preparar la tierra el huerto de verano se acerca, hace cuatro años plante una decena de platas de alcachofas, yo no tenía ni idea de huerto empecé mi aprendizaje de labrador con ellas, con las alcachofas que tantas alegrías me ha dado, las he cuidado con mucha mimo, y ellas me han correspondido con su fruto, este año me dijeron mis maestros huertanos que tenía que arrancarlas, que las plantas ya estaban viejas y que no darían fruto yo no los creí y seguí labrando las plantas con el cariño del primer día, pero fue inútil las alcachofas se han muerto, hoy mientras un día el acero de la azada tenia una sensación extraña de agradecimiento y de pena ya se que os parecerá ridículo, pero yo agradecía a la vida el enseñarme a plantar, a poner la semilla y dar vida a unas plantas, y también a despedirme de ellas sin duelo, ellas las plantas son una lección de vida, cumplieron su ciclo y se fueron, a los seres humanos, que tenemos suerte de vivir al otro lado de la frontera nos pasa lo mismo tenemos nuestro ciclo nacemos, vivimos y nos vamos, eso es justo, ley de vida.
Lo que es inhumano es convertir un mar en cementerio, y eso es lo que hacen los poderosos dueños del planeta, los que dejan su vida en el mar son seres inocentes que creen la vida y los años del mundo le dan la muerte.
Hoy mientras rastrillaba la tierra, y agradecía lo mucho que me enseñan las plantas, me acordé de tantos naufragios, de tanta muerte inocente, en seres humanos.
Hoy en la paz del huerto de Plauto agradezco a la vida por este sol de la infancia y está luz de despedida, por todo lo que me da la tierra, por la lección de vida de ser un aprendiz de hortelano.
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Antonio Hernandez Montoro, Carmen Andrés Julián y 9 personas más

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