Versos de un poeta en precario.
Del cielo al mar.
Esta mañana luminosa
de invierno,domingo.
todo el día.
Con la mente
vacía,comenze mi terapia,
matinal,entre gritos,
de gaviotas,risas de borrachos
que se fuman el mundo,
en el paseo marítimo,
que toman la ultima,
antes de dormir la resaca,
que les dejara en el anden
del lunes.
Yo desnudo mis pies,
despacio como se desnuda
a esa mujer que quieres,
sentado en la escalera
del malecón,cerca,de la orilla
se desperezan las barcas,
varadas,el sol se derrama
desde un balcón del cielo.
El mar tiene tejado,
y es azul,con tejas
de algodón,me acerco
a la orilla,para escuchar
la canción de '' matinada''
de unas olas, que me conocen.
Para saborear los últimos silencios
antes que la mañana
entone su banda sonora.
Antes que retocen los perros
con su alegría canina,
en la orilla,con toda
la libertad,que les da su dueño.
Sin correas al cuello, galopan,
los grandes y los pequeños,
y yo también tengo ganas
de galopar, por esta arena
virgen de huellas.
Pero la artritis de mis pies,
me recuerdan
que los años, no me permiten
galopar.
Entoces inicio,mi camino
entre el cielo y el mar.
lentamente,de mis ojos,
se desprende una lagrima,
y pienso en mis padres,
que no podan caminar
por esta orilla.
Yo caminare con ellos,
los llevare en mi alma,
a tod@s, a los que nunca
pudieron caminar,por el agua
y sentirán,la humedad,
en su piel cuando,
les lea estos versos.
de cielo y mar,
que no me pertenecen.
de invierno,domingo.
todo el día.
Con la mente
vacía,comenze mi terapia,
matinal,entre gritos,
de gaviotas,risas de borrachos
que se fuman el mundo,
en el paseo marítimo,
que toman la ultima,
antes de dormir la resaca,
que les dejara en el anden
del lunes.
Yo desnudo mis pies,
despacio como se desnuda
a esa mujer que quieres,
sentado en la escalera
del malecón,cerca,de la orilla
se desperezan las barcas,
varadas,el sol se derrama
desde un balcón del cielo.
El mar tiene tejado,
y es azul,con tejas
de algodón,me acerco
a la orilla,para escuchar
la canción de '' matinada''
de unas olas, que me conocen.
Para saborear los últimos silencios
antes que la mañana
entone su banda sonora.
Antes que retocen los perros
con su alegría canina,
en la orilla,con toda
la libertad,que les da su dueño.
Sin correas al cuello, galopan,
los grandes y los pequeños,
y yo también tengo ganas
de galopar, por esta arena
virgen de huellas.
Pero la artritis de mis pies,
me recuerdan
que los años, no me permiten
galopar.
Entoces inicio,mi camino
entre el cielo y el mar.
lentamente,de mis ojos,
se desprende una lagrima,
y pienso en mis padres,
que no podan caminar
por esta orilla.
Yo caminare con ellos,
los llevare en mi alma,
a tod@s, a los que nunca
pudieron caminar,por el agua
y sentirán,la humedad,
en su piel cuando,
les lea estos versos.
de cielo y mar,
que no me pertenecen.
Playa de la Malvarrosa.
21 de Enero de 2018.
21 de Enero de 2018.
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