lunes, 29 de julio de 2024

 

La Canícula en el huerto de Plauto
 
 
El verano es una estación de contradicciones en el huerto, por una parte es el momento de recoger los frutos, tomates de distintas clases, dicen que hay miles de variedades de tomates, diez mil me chiva el Google, me parece que este Google se a nacionalizado andaluz y como buen andaluz exagera un poquito, aunque yo he tenido al menos seis variedades en mi minúscula parcela.
Esta cosecha fue buena, llovió mansamente en junio, y tuvimos la suerte de tener un principio de verano placido, días con dulces brisas, que llegaban del mar, que hicieron buena esta cosecha, las brisas saladas, son dulces en Plauto.
La cosecha fue generosa, la tierra es
infinitamente mejor que el ser humano, si le cuidas da fruto, el ser humano siempre quiere más por mucho que se le quiera siempre es poco.
Este año uno de todo, pimientos, berenjenas, sandías melones,balancín. Una explosión de colores de flores, se derramaban en primavera y en verano surgió el milagro de flores diminutas crecieron frutos enormes es el milagro de la vida en el huerto.
Hoy me preguntaba mi padre desde su atalaya del cielo - Joselito que te gusta más el huerto de verano o de invierno, me quede sin palabras, era como cuando era niño y me preguntaban a quien quieres mas a tu madre a tu padre, preguntas crueles siempre, a quien más, a los dos igual contestaba yo cerrando los ojos.
Está mañana tórrida de Julio en el huerto, no había nadie, el Sol espanta a los hortelanos en verano, estaba yo rodeado de los trinos de los pájaros, que agazapados en la morera cantaban sin cesar, las torcaces zureaban a lo lejos, y las chicharras esas si gritaban con fuerza su canto caliente, me quedé dormido, me despertó la voz de mi padre que decía Joselito vete para casa que te va a dar una insolación y para casa me fui con todos los veranos de mi vida en una pequeña cesta de mimbre, con mi infancia y con mi padre y mi madre que aunque se fueron, siempre están.

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