viernes, 12 de diciembre de 2025

 

Tortosa Piedra y memoria 
 
 
Llegamos a Tortosa temprano, hoy nuestra visita a la ciudad tenía un objetivo callejear por sus rincones de piedra, disfrutar una mañana soleadad de Diciembre, dejamos el tumulto de Valencia, apenas en dos horas estábamos a las orillas del Ebro, hoy nuestra intención era descubrir rincones de esta ciudad cargada de historia, es verdad que los últimos años siempre llegamos a este lugar para recuperar la memoria de la guerra civil, está ciudad sufrió como ninguna otra los bombardeos de la aviación fascista (los aviones fascistas,los alas negras que masacraron la ciudad, sobre todo a partir de 1938 más de 1000 civiles la mayoría mujeres y niños murieron en los más de 90 bombardeos que sufrió la ciudad, este es un lugar marcado por la guerra civil de hecho todavía se siente ese miedo a hablar de la guerra entre los ciudadanos de Tortosa el monumento que el Franquismo puso en medio del río y que inauguró el mismo Franco, es uno de los símbolos más dolorosos que todavía se soporta en esta ciudad que conoció el mismísimo Hemingway que salvó la vida en un campo de cebollas, del cercano Delta del Ebro.
Hoy Tortosa es una ciudad de acogida de emigrantes de todas las nacionalidades, especialmente de población marroquí un lugar de encuentro de culturas, desde las orillas del Río fuimos al antiguo matadero donde nos recibió un limonero centenaria luego subimos hasta la puerta de la catedral Barroca, con su virgen en mármol de Carrara, de un autor contemporáneo, espectacular, visitamos el castell de la Suda,hoy parador nacional, con una vistas excepcionales de toda la ciudad, los gatos nos saludaron bajo un dulce sol de Otoño, luego visitamos el patio renacentista de lo qué fue la universidad de Tortosa, un patio fantástico con su pozo "vivo", un lugar donde la piedra es arte, memoria viva del renacimiento, callejeamos, paseamos por su mercadillo artesanal de Navidad, tomamos el vermut ,nos despedimos de la Ciudad de agua y Piedra prometiendo volver pronto, nos esperaba un arroz del Delta del Ebro, un arroz que saboreamos entre arrozales, aquí esperamos el milagroso momento de la caída de la tarde, donde el cielo rojo hace vibrar el agua un Crepúsculo que cierra un día extraordinario por tierras del Ebro.

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